Gastón Pauls es actor, conductor y productor de cine y televisión. Protagonizó entre 1994 y 1995 la tira juvenil “Montaña Rusa”. Pasó por “Verdad/Consecuencia”, una serie que se emitía por canal 13. Hizo teatro. Su participación en la película “Nueve Reinas” significó un hito en su carrera. En 2004 pisó la calle con el docu-ficción “Ser Urbano”, donde visitaba la ciudad y sus realidades. Actuó y produjo “Todos contra Juan”, un éxito de Telefe que le valió un Martín Fierro en la categoría Mejor Unitario.
“Seres libres”, ciclo que conduce y que se emite por la señal Crónica TV, es el único programa de la televisión argentina que habla de manera abierta y sin eufemismos sobre las adicciones en general y en el que se le da el micrófono a personas públicas y anónimas para que se expresen sobre el infierno que transitan y de cómo trabajan en su recuperación.
¿Qué es Seres Libres y cómo surgió la idea del proyecto?
Seres libres es un intento de mandar un mensaje de esperanza en medio de una situación muy complicada que se está viviendo hace décadas, porque esto no es nuevo. La adicción es una enfermedad, según la OMS, la cual (paradójicamente) cuesta tratar, y de la cual cuesta hablar. Es una enfermedad social muy enraizada en todos nosotros, no se le encuentra la vuelta en ninguna parte del mundo, y es mucho peor en los lugares donde la situación económica es complicada, como en cualquier país del tercer mundo. Acá tenemos pibitos de seis años consumiendo pasta base, y los gobiernos de cualquier color político (salvo en las campañas) no hablan del tema, porque es muy difícil de tratar o porque después de ganar las elecciones se olvidan. Seres libres es eso, es decir: “che, por lo menos hablemos del tema porque esto se está poniendo cada vez peor”. En todos estos años no sólo no bajó el consumo, sino que con la pandemia se disparó a niveles obscenos y graves. Siento que lo estamos logrando ya solamente por el hecho de estar haciéndolo, pero después hay un día a día que necesita que más personas se sumen al mensaje. Esta charla que tengo ahora con ustedes forma parte de eso, porque si hacemos un programa y después nadie replica el tema, queda en la nada.
Hay un libro de Pablo Ramos que se llama “Hasta que puedas quererte solo” reúne un conjunto de historias conmovedoras de adictos organizadas a partir del “Programa de los doce Pasos” (programa de recuperación de adicciones), en el que hay una frase que le dice un adicto en recuperación a otro que va a pedir ayuda a un grupo de narcóticos anónimos: “Pase lo que pase vos entrá, que acá te vamos a querer hasta que puedas quererte solo”. ¿Pudiste leerlo? ¿Qué pensás de esa frase?
Soy amigo de Pablo y él también es compañero de recuperación. Esa frase nos la dicen en los grupos anónimos cuando entramos. Primero te dicen: “bienvenido, no estás más solo”, y después “te vamos a querer hasta que aprendas a quererte solo”. Es una frase impresionante y Pablo en su novela pudo retratarlo muy bien, ojalá que alguien que esté leyendo el libro de Pablo se dé cuenta literalmente que no está más solo. Esta es una enfermedad muy perversa porque te hace creer que te estás salvando, cuando lo que realmente estás haciendo es matarte diariamente. Creo que no hay otra manera de salir que no sea con ayuda.
¿Ese “no quererse” y ese vacío interno que ello genera es el infierno de la droga? ¿Tu programa apunta o intenta a ayudar a las personas adictas a recuperar ese amor propio?
Yo consumía cocaína, una droga que se inhala por la naríz, y por ahí te entra el oxígeno, que es vida. Si por donde te entra la vida te metés una sustancia que te raspa el tabique nasal, que te destroza la sangre, el cerebro y el alma, lo que te estás metiendo por donde entra la vida es muerte. Es tan simbólico y tan simple como eso, no hay vida en la adicción. Ese era mi caso. En nuestro programa intentamos poner en palabras ese vacío.
La palabra a-dicción significa “imposibilidad de poner en palabras” ¿Qué importancia le das a la palabra en el proceso de recuperación de la libertad que quita la droga?
Está bueno lo que preguntás porque nosotros estamos en los medios de comunicación, yo estoy utilizando un teléfono para comunicarme y nos estamos comunicando a través de la palabra. En el día a día, como seres humanos, creo le damos poco valor a la palabra, hablamos mucho, pero decimos poco. Yo veo, a veces, (y sin dar nombres porque yo formo parte de los medios y muchas veces caigo también en esa) 24 hs. de programación televisiva y te preguntás: “¿cuántas palabras se deben haber pronunciado, 30millones de palabras? ¿Cuántas de verdad está dichas con un objetivo creativo, creador o sanador? ¿Qué me queda de todo esto más allá de la diversión fugaz, o del cholulaje, o de la alcahuetería, o del pelearnos en cámara en un panel de televisión, en esa ficción que se arma?”. Creo que tenemos que hacer ese ejercicio de revalorización de la palabra como medio de comunicación y de ayuda, porque en la actualidad está bastardeada. Yo estoy en ese camino, a veces lo encuentro, a veces lo pierdo, y a veces digo boludeces; pero es mi objetivo.
¿Cómo evaluás el rol de los medios de comunicación en relación al tema adicciones? En un programa dijiste: “los medios de comunicación deberían ser medios para comunicar y no estar en medio de la comunicación entre las personas. Deben ser puentes y ser un servicio, y no maquillar ni caretear”.
Yo hace 27 años que trabajo en los medios de comunicación, pero creo, (y repito que me hago cargo de eso también), que hay un error de concepto en ese conjunto de palabras: medios de comunicación, porque están literalmente en el medio de la comunicación entre las personas y lo que generan es justamente que la gente no se comunique. Ni hablar de lo que está pasando hace una década, en que para saber si me tengo que abrigar para salir, en vez de asomarme a la puerta, consulto en el celular alguna aplicación del clima. Entonces me estoy perdiendo ese lazo de comunicación con la naturaleza. Ni hablar de la comunicación entre las personas. A veces estás en tu casa y le mandás un whatsapp a otro que está en el baño, o cuando se juntan amigos en un café y están todos con el celular en la mano. Ahí te das cuenta y decís: “boludo, estamos todos alienados”. ¿Estamos comunicándonos más o estamos entrando en una etapa de incomunicación absoluta?
Las adicciones a la droga o al alcohol no son las únicas. Hay adicciones al celular, a la pornografía, a los juegos en red, a la virtualidad…
Todos nosotros venimos del sexo, nacimos a partir del sexo. Hoy en día la adicción a la pornografía la sufre mucha gente. Me han escrito personas que se quedan 48 hs. encerradas consumiendo pornografía en su casa, y no se animan a contarlo por pudor. También pibes gamers 50 hs. jugando frente a una pantalla. A lo que voy es que, como son adicciones nuevas en relación a la del alcohol, a la comida, o las drogas; no se habla de ellas. La otra vez pasé un video de Daniel Habif (minuto 31:27) en que hacía un cuestionario invitando a que cada uno se autoevalúe, porque la adicción es una enfermedad de autodiagnóistico, nadie te puede decir si sos adicto o adicta, te tenés que dar cuenta solo. Hasta que no hacés ese clic, no hay recuperación posible. Estamos en una sociedad de consumo que cada vez nos invita a consumir más. Estamos bombardeados por la invitación al consumo. Y de ahí a la adicción, hay un paso.
¿Qué pensás de lo que le pasó a Chano Charpentier (mandamos buenas vibras para su pronta recuperación) y te lo pregunto desde cómo ves el tratamiento que los medios hacen del tema, hasta el rol del estado y la sociedad? La mamá dijo una frase lapidaria: “si quieren saber lo que padece un adicto, escuchen las letras de mi hijo, hace 20 años que pide ayuda”
En relación a este tema me pidieron declaraciones en un montón de lugares y no voy a opinar específicamente sobre él por respeto a Chano, a su mamá y a su familia. Pero sabemos que hay una cantidad enorme de “Chanos” en esta sociedad. Los medios tocan el tema de la agenda, cuando cambie el tema hacia allá van a ir las cámaras. Dicen que los seres humanos somos los únicos que tropezamos dos veces con la misma piedra, a veces yo creo que la piedra somos los seres humanos, no aprendemos nunca de nuestras experiencias ni de nuestros semejantes. Vemos a pibitos consumiendo pasta base a dos cuadras de una comisaría o de un hospital y la vida sigue. Cuando sería mejor que el mundo pare, acercarse a ese pibe, abrazarlo, ayudarlo a que se encamine, y después seguimos. Como eso no ocurre, yo perdí las esperanzas de que las cosas cambien. Estamos todos arriba del Titanic, algunos la están padeciendo, y otros bailan en medio del naufragio mientras otros padecen. Pero nos estamos hundiendo todos.
Siempre decís que tu programa es un servicio y que su objetivo es llevar un mensaje (y te agradecemos que hayas accedido a la entrevista porque muchas veces el interior profundo de la Argentina es olvidado y hay mucha gente con problemas de adicciones), ¿Cuál es el mensaje que les podés enviar a todas esas personas que necesitan ayuda?
A mí me salvaron la vida trayéndome el mensaje de que otra vida era posible. Lo único que me pidieron es que no me quede con el mensaje y que lo comparta. Mientras estamos haciendo esta nota, hay gente consumiendo, hay gente con el bajón de la merca o el de la pasta base. En este momento está entrando una jeringa en la vena de una persona para picarse, y no sabemos si esa persona va a agarrar un colectivo y va a matar a 400. Debemos ser conscientes de la tragedia que viene con el consumo desmedido de sustancias. Si estás ahí, del otro lado escuchando, y sentís que tenés un vacío enorme y que estás llenando ese vacío con merca, pasta base, pastillas, pornografía, comida o lo que fuera; tené en cuenta que con eso el vacío no se va, sino que se agranda. Yo ya estuve ahí, pedí ayuda, animate a pedir ayuda; y vas a conocer un montón de gente que está en la misma que vos y que encontraron la salida. Para mí era impensable que hubiera un día mío sin consumo de drogas, hoy llevo un montón de años sin eso.
Podes escuchar la entrevista completa en este podcast en Spotify:
Por Lucas Bertone para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7