Los incendios que se registran en distintos puntos del país y del mundo, sumados a la sequía y la falta de conciencia ambiental, tienen efectos acumulativos que dificultarán cada vez más la vida de las próximas generaciones.
Fuego. Sirenas de bomberos. Ruido de helicópteros volando. Esto forma parte casi que de la vida cotidiana de los salteños. Prácticamente a diario que uno puede mirar los cerros y divisar alguna columna de humo y, en los medios de comunicación, el pedido permanente de una toma de conciencia. ¿Cuándo lo haremos? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que lo que sucede es pura y exclusivamente obra de los seres humanos?
Hasta octubre en todo el país se habían prendido fuego casi 900 mil hectáreas, según datos del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Las noticias mostraban la grave situación de Córdoba, una provincia que hasta esa misma fecha llevaba unas 190 mil hectáreas quemadas por incendios forestales, pero la situación se repite en mayor o menor medida en gran parte de las provincias argentinas.
Solo en Salta capital, hasta fines de octubre, sumaban casi 260 hectáreas quemadas y de acuerdo con datos de el Centro de Obrajeros del Norte, más de 5 mil hectáreas de bosques nativos se prendieron fuego en el norte salteño.
¿Cuál es la mayor preocupación? También según datos del SMNF, el 95% de los casos de incendios son provocados por el hombre. Estos incendios se generan por impericia a la hora de manejar un fuego para quemar hojas o basura, pero lamentablemente, también por la desidia cuando se deja un fuego mal apagado o, peor, cuando lo encienden a propósito.
Especialistas en medio ambiente son enfáticos en las consecuencias que pueden tener, a largo plazo, estos factores. En una publicación de un medio nacional (Página 12), Roberto Bo, licenciado en Ciencias Biológicas por la UBA y director del Grupo de Investigación en Ecología de Humedales de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, afirmó que “las sequías son producto de la deforestación de años anteriores y trazan un pronóstico desolador: los incendios provocarán nuevas sequías que a su vez realimentarán el ciclo de catástrofes naturales”.
Dicen los que saben que «los efectos son acumulativos”. Para peor, se suma la deforestación permanente. De acuerdo con datos de Greenpeace, Argentina está entre los 10 países que más desmontaron en las últimas tres décadas: perdimos cerca de 8 millones de hectáreas de bosques (el equivalente a la superficie de la provincia de Entre Ríos). El 80% de la deforestación se concentra en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.
Pero ¿por qué al principio dijimos que esta situación es pura y exclusivamente obra de los seres humanos? Justamente porque el cuidado del ambiente es tarea nuestra. Al margen de que la mayoría de los incendios se inician por la mano del hombre, la falta de conciencia en la contaminación llevó a que en todo el mundo haya graves problemas climáticos y se profundicen las sequías, principales generadoras del fuego en los meses más secos. La deforestación sin políticas claras para un manejo responsable de los bosques también es responsabilidad del hombre.
Tan es así, que en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (son 17) hacia 2030, los objetivos 13, 14 y 15, se enfocan específicamente en el cuidado del ambiente. En tanto que el objetivo número 15, habla particularmente del cuidado de los bosques: “Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad”.
En Salta recientemente un grupo de jóvenes se organizó para reforestar un cerro recientemente incendiado. Anteriormente hubo algunas iniciativas de este tipo también, que muestran la intención de generar un cambio, sobre todo en las generaciones más jóvenes. Sin embargo, todos debemos hacernos responsables. Los problemas de los que hoy hablamos se profundizarán con el paso del tiempo. El cambio está en nuestras manos y el momento es ahora, para que los resultados sean disfrutados por las generaciones futuras.
¿Qué podemos hacer?
Hacé fuego solo en los lugares habilitados
- Si estás haciendo fuego en los lugares habilitados, nunca lo pierdas de vista.
- Tené siempre a mano recipientes con abundante agua.
- Nunca hagas fuego debajo de los árboles.
Para apagar el fuego correctamente
- Hacelo con abundante agua.
- Remové las cenizas para verificar que no queden brasas encendidas.
- Echá agua sobre la fogata y sus alrededores.
- Asegurate que los restos de la fogata queden fríos.
- Controlá que el viento no arrastre chispas a los árboles y pastizales cercanos.
- Utilizá sólo leña seca y caída que pueda cortarse con la mano. No cortes ramas verdes.
- Llevate tu basura. Las latas y vidrios pueden actuar de lupa y provocar incendios.
- No arrojes colillas de cigarrillos ni fósforos encendidos sobre suelo de zonas rurales y áreas protegidas. Esto puede ocasionar incendios.
- No enciendas fogatas ni fuego en zonas cercanas a pastizales y bosques.
Qué hacemos en caso de incendios forestales
- Evacúa inmediatamente el área del incendio.
- Para evacuar, procurá cubrirte boca y nariz con un paño, para no inhalar humo.
- Mientras evacúas, observá permanentemente el comportamiento del fuego.
- Si la autoridad determina la evacuación, acatá las indicaciones.
- Procurá caminar cerca de aguas abiertas poco profundos (ríos, lagos o lagunas), que podrían servirte como vías de evacuación.
- No vuelvas a un área quemada. Los sitios calientes pueden reactivarse sin previo aviso.
- Mantenete informado y respeta las indicaciones de la autoridad.