El presidente de Brasil también negó haber dicho que el COVID-19 es una “gripecita” y criticó el uso de la mascarilla. La población de su país, el segundo con más muertes en el mundo, no será obligada a inocularse.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ya ha realizado declaraciones previas expresando su escepticismo sobre los programas de vacunación contra el coronavirus, afirmó el jueves pasado por la noche que no se vacunará contra la enfermedad de COVID-19.
En declaraciones transmitidas en vivo a través de múltiples plataformas de redes sociales, el líder de derecha agregó que es poco probable que el Congreso obligara a los brasileños a vacunarse.
Brasil tiene el segundo número más alto de muertes por coronavirus en el mundo, y Bolsonaro ha minimizado durante meses la gravedad de la pandemia a pesar de haberse infectado con el virus en julio pasado.
El mandatario también expresó su escepticismo sobre la eficacia del uso de mascarillas durante la transmisión en directo, implicando que había pocas pruebas concluyentes de su éxito para frenar la transmisión del virus.
El presidente ha dicho repetidamente que los brasileños no serán obligados a que se vacunen contra el coronavirus. En octubre, bromeó en Twitter con que la vacunación sería requerida solo para su perro.