Durante el encuentro celebratorio del Día de los Trabajadores, el Consejo Directivo propuso alcanzar un amplio consenso político, económico y social que promueva el crecimiento, la producción y el trabajo.
La CGT convocó a «tener memoria y cuidar la democracia», condenó que «el eje de campaña de algunos candidatos sea la reforma laboral» y se pronunció por la reducción de la jornada de trabajo semanal de 48 horas porque ese sistema ya es «una antigüedad», al tiempo que llamó a sentar «las bases para una alianza permanente entre la producción y el trabajo».
En un multitudinario acto en Defensores de Belgrano para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores, en el porteño barrio de Núñez, la central obrera rechazó que «el descontento social sea terreno fértil para los antisistema»; convocó a la clase dirigente a «reflexionar» para recuperar «el rumbo hacia el desarrollo, la producción y el trabajo y lograr la justicia social y la inclusión» y aseguró que sostuvo «con responsabilidad la unidad sindical».
El ministro de Economía, Sergio Massa, solicitó a los dirigentes cegetistas «disculpas» por no haber podido concurrir al acto y, según informó su equipo de comunicación, ratificó su «compromiso para trabajar juntos en la estabilización de la economía y la recuperación salarial», y explicó que sus obligaciones lo llevaron a Brasil en procura de «la consolidación de la relación económico-comercial con ese hermano país».
«No faltará oportunidad para otro encuentro para compartir el debate sobre el futuro del trabajo en un mundo que sorprende a diario», sostuvo el ministro, quien afirmó su «convicción» en la creencia en «una sola clase de hombres: los que trabajan».
En el acto hablaron los cotitulares de la CGT Héctor Daer y Carlos Acuña y el secretario de Prensa, Jorge Sola, leyó el documento «Estamos a tiempo», en el que la central reivindicó su «derecho a participar en las decisiones políticas del peronismo y el país», a la vez que realzó al movimiento sindical como «herramienta duradera y efectiva de concertación sectorial a través de las negociaciones colectivas paritarias».
«Es falso e intencional afirmar que los convenios colectivos son anacrónicos, porque permiten acuerdos y seguir la evolución de las condiciones de trabajo y producción. Hay que reducir la jornada laboral para estimular el empleo y distribuir el capital», dijo.
La CGT defendió a los sectores sumergidos en la pobreza y la exclusión y reclamó «un gran acuerdo político y económico-social para aliar a la producción y el trabajo».
Además, la CGT demandó recrear el diálogo para consensuar 10 políticas de Estado que dinamicen los potenciales económico-productivos y garantizar la cohesión social; condenó «el endeudamiento» de la gestión macrista y pidió rediscutir plazos y pautas de las condiciones de los servicios de la deuda comprometidos con el FMI.
La central exigió detener «la escalada de pérdida del poder adquisitivo salarial y de distorsión de precios por efecto de la inflación y de la apropiación de rentas extraordinarias de los grupos concentrados»; requirió «consensos superadores» y demandó un modelo económico-social basado en «la producción e impulsor de una economía real que estimule la generación de trabajo con derechos y la inversión no especulativa».
En su discurso, Daer aseguró que «la angustia del presente devora»; convocó a debatir la reducción de la jornada laboral semanal porque es «una antigüedad» y sostuvo que el gobierno macrista endeudó al país y generó «condiciones para la dependencia».
«Los vivos se aprovechan por la guerra en Europa y la actual sequía e inflación en la Argentina y se dedican a remarcar, lo que no permite recuperar el salario. La corrida cambiaria de hace unos días no fue casual sino que tuvo connotaciones políticas, especulativas y financieras. Quieren enriquecerse a costillas del pueblo», afirmó.