El titular de la CEA, monseñor Oscar Ojea, también afirmó que el Sumo Pontífice «se ha visto maltratado sistemáticamente por algunos medios de comunicación».
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, expresó este lunes que le «preocupa mucho» que, con motivo del proceso electoral del que surgirá el próximo presidente, «haya aparecido un clima de autodestrucción» en el país y «un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío».
Ojea, además, defendió la figura del papa Francisco de «los insultos irreproducibles» y «falsedades» que tiempo atrás pronunció el candidato de presidente de La libertad Avanza, Javier Milei, y por los cuales representantes de la Iglesia llevaron a cabo una misa de desagravio.
«En este tiempo de desesperanza y decepción que provoca la creciente pobreza en nuestro país me preocupa mucho que haya aparecido un clima de autodestrucción. Un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío. Esto es como una enfermedad social que anula todo horizonte y proyecto de futuro. Una suerte de autoboicot», consideró el presidente de la CEA.
El obispo de San Isidro se pronunció así, en una serie de reflexiones dirigidas a todos los candidatos y candidatas que se postulan para gobernar el país.
A través de un comunicado de prensa, la CEA difundió declaraciones de Ojea que hizo a modo de respuesta a consultas que recibió en el último tiempo y que plasmó en su cuenta oficial de X (ex Twitter) y en las redes sociales de la Conferencia Episcopal.
Consultado acerca de su pensamiento sobre las expresiones vertidas contra el papa Francisco, Ojea destacó que «muchas veces» el Sumo Pontífice «se ha visto maltratado sistemáticamente por algunos medios de comunicación», algo que «ha contribuido a que se lo lea poco y a que se difunda menos su palabra y pensamiento, deteniéndonos en pequeñeces muy buscadas con mala intención por un sector de la prensa».
En ese contexto, comentó Ojea, «también uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades».
Días atrás, con la presencia de dirigentes políticos y gremiales, la Iglesia argentina organizó una misa «en desagravio por los ultrajes» a la figura del papa Francisco que expresó en su momento el candidato de ultraderecha Javier Milei, quien en varias ocasiones, tanto en declaraciones periodísticas o en sus redes sociales, se refirió al Sumo Pontífice como el «jesuita que promueve el comunismo», «personaje impresentable y nefasto» o «representante del maligno en la Tierra».
Ojea citó una frase de monseñor Gustavo Carrara, quien definió al Papa como «un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión» para los católicos, además de ser «un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular».
El presidente de la Conferencia Episcopal recordó que el 22 de agosto pasado, pocos días después de celebrarse las elecciones primarias en el país, fue publicado un mensaje ecuménico e interreligioso titulado «Declaración conjunta por un diálogo responsable y comprometido», en el que se advirtió que resulta «imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones».
«Nos preguntábamos cómo se va a gobernar un país dividido. Y afirmábamos que el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social», agregó la autoridad religiosa católica.
En ese sentido, destacó que para la Iglesia «el cuidado de la vida» de cada argentino, desde «el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural», es uno de los «principios» que deben marcar a todos los candidatos presidenciales que se postulan a los comicios generales.
Ojea, además, resaltó que la Iglesia no renunciará a estar junto a los «pobres y excluidos», tanto que «en estos últimos años» pidió «a todos los gobiernos un Estado presente, tanto brindando seguridad como garantizando la provisión de bienes primarios para la vida humana, en particular en los barrios más humildes, el respeto por las economías solidarias, y la creación de trabajo genuino y digno, ya que el trabajo es un auténtico ordenador de la vida. Esto no es hacer ‘pobrismo'», aseveró el religioso.
Y agregó: «Ante cualquier gobierno que sea electo la Iglesia no va a renunciar a reclamar los derechos de los últimos, porque esto sería traicionar el Evangelio».
Ojea también señaló que es una objetivo «irrenunciable» para la Iglesia «el cuidado de la casa común» frente a la crisis socio-ambiental que vive el mundo producida por el cambio climático «que nos pone en riesgo como humanidad», indicó.
Por último, ante una consulta acerca de que si la Iglesia «avala o critica a algún candidato en particular», Ojea consideró que la emisión del voto es un «acto de enorme responsabilidad» y requiere del respeto de la voluntad popular.
«No avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde (…) Nuestra misión es pastoral y si bien enunciar esos principios puede incomodar, o los mismos candidatos expresar su desacuerdo, de ninguna manera renunciaremos a la vocación primera de anunciar el Evangelio con libertad», señaló.