Calles anegadas, tramos de ciclovías que desaparecieron e imágenes del centro nuevamente tapado por el agua se repitieron luego de la primera tormenta de la temporada estival.
Por horas los salteños esperaban la tan ansiada tormenta que alivie la ola de calor de las últimas semanas y lo hizo con todo: viento, granizo, relámpagos y mucha agua que no paró de caer en toda la noche, pero cuyo pico de intensidad se dio en la tarde noche del miércoles.
La tormenta que ingresó desde el sur, comenzó a causar destrozos en localidades del Valle de Lerma, con caída de granizo que afectó a los cultivos temporales de la zona. Luego llegó a la ciudad de Salta.
El centro salteño nuevamente repitió la misma imagen, calles totalmente tapadas, a pesar de las obras hídricas tan promocionadas de los últimos años, ciclovías que prácticamente desaparecieron a la vista y árboles que se desplomaron sobre autos.
En los barrios periféricos, la tormenta tornó intransitable calles sin pavimentar, principalmente por donde pasa el transporte público, con lo que muchos vecinos pasaron por una odisea para retornar desde sus lugares de trabajo.