River no juega en un campo de juego de esta clase y nivel desde que jugó la final de la Copa Libertadores ante Boca en el Santiago Bernabéu”.
Esta es la frase que más se escucha por los pasillos del Monumental a horas del reestreno del Antonio Vespucio Liberti, el cual será este sábado, desde las 21.30, ante Rosario Central por la Fecha 2 de la Copa de la Liga.
El contexto que propició la pandemia del coronavirus (incertidumbre sobre cuándo se reanudaría la competencia, sumado a que en su vuelta sería sin público) sirvió de empujón para que el club de Núñez decidiera poner en marcha un proyecto que tenía en mente hace 6 años: renovar por completo el campo de juego en concordancia con los estándares sugeridos por la FIFA y la Conmebol (vale recordar que el Millonario suele ser la casa de la selección argentina) y para que Marcelo Gallardo pueda desplegar la idea de juego que más le gusta.
En mayo del 2020 comenzaron los estudios y excavaciones (donde se descubrieron distintas piezas históricas), para luego, ya con los resultados en mano, iniciar las obras en agosto.
La empresa irlandesa SIS Grass, la misma que renovó el césped del Camp Nou, el Estadio Luzhniki (escenario que albergó 7 partidos durante el Mundial de Rusia 2018 -la final entre Francia y Croacia, por ejemplo- y el del Besiktas, le propición a River tres cambio claves, los cuales les permitirá tener un campo de juego mucho más duradero y que podrá tener más minutos de juego al año.
– Sistema de succión forzado: con la instalación de este drenaje de la napa freática, si las napas suben demasiado, los tubos reciben el agua y la enviarán a pozos para su posterior extracción.
– Inyección de aire: esta tecnología ayuda al desarrollo de las raíces (para que crezcan más rápido y mejor) y conducirá al crecimiento de un pasto más saludable y más fuerte, que tendrá menores gastos de mantenimiento.
– Control de temperatura: regula la temperatura de las raíces para mantener el césped en óptimas condiciones. Por ejemplo, ante un calor intenso refrigera las raíces enviando agua fría por las cañerías, mientras que ante un frío intenso se activa el sistema de calefacción. De esta manera, percibirá siempre un clima templado, lo que hará que no se deba cambiar el sembrado según la época del año.