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Los tentadores precios de los commodities

Para los que no están íntimamente vinculados a los mercados agrícolas o tampoco tienen mucho conocimiento de lo que son los commodities, es importante comentarles algunas consideraciones que ayudarán a entender qué está pasando con el maíz que desplazó de la atención política al trigo, tal vez el cereal de mayor impacto en la dieta de los argentinos.

Explicar qué está pasando en el campo de los 2 cereales más importantes del país, ayudará a entender por qué el gobierno restringe las exportaciones de maíz, luego las flexibiliza y finalmente las vuelve a liberar. Sin embargo, el trigo, tiene un impacto más directo en la formación de precios de la canasta básica, ya que no solo incluye al pan, sino también a los fideos, pastas y galletas.

Con respecto al trigo, cuya cotización en el país supera los $20.000 por tonelada, está provocando que la bolsa de harina hoy cueste más de $1.500 y probablemente, de continuar esta tendencia, la bolsa llegue a los $2.500 en los próximos meses. Todo dependerá de la evolución de los precios en el ámbito internacional, pero por sobre todas las cosas, del stock en el mercado interno, hasta que se sepa cómo será la próxima campaña, cuya siembra recién comenzará cuando se levante la soja y el maíz allá por los meses de abril o mayo. Mientras tanto la cantidad de trigo en manos de la industria molinera podría no ser suficiente para abastecer la demanda y aquí el Gobierno podría emitir algunas medidas para obligar a los productores que todavía no vendieron a deshacerse de la producción, que a escala nacional fue normal aunque en el Norte no colmó las expectativas de nadie. Esto quiere decir que los molinos harineros de nuestra región, debieron comprar trigo del sur del país y esto encarece aún más la principal materia prima del pan, aunque no la más costosa.

Volviendo al maíz, este cereal, que no solo sirve para hacer polenta, una de las comidas de mayor impacto en los sectores menos pudientes, también es la base alimenticia de las gallinas que ponen huevos y de los pollos que consumimos a diario.

Es lógico pensar que si el maíz, que cotiza en las bolsas argentinas a poco más de $18.000, habiendo aumentado su valor al doble en el último año, las producciones pecuarias que dependen de él también tendría que haber sufrido un incremento cercano al 100 por ciento, sin embargo, esto no sucedió o, por lo menos, ese beneficio nunca les llegó a los productores avícolas. En una situación similar también están los productores porcinos e incluso los feedloteros, aunque en este caso la dependencia del maíz es más relativa.

Hace poco el sector avícola denunció que “el precio que reciben los productores de huevos por la venta a supermercados, en muchos casos es similar a los recibidos en octubre-noviembre de 2019″ y desde ese momento hasta el presente solo se les permitió una recomposición del 5,5%. Está claro que este productor «vende a pérdida y los intermediarios, principalmente supermercados, remarcan con casi el 100% de margen».

Nuevamente aquí, para la opinión pública, el productor es el culpable de la suba de los precios de los alimentos y hasta del faltante de aceite en los supermercados. Nada más alejado de la realidad, ya que los que manejan el mercado son los traders, acopiadores y exportadores.

Por último, los precios actuales de la soja, maíz y trigo y su correspondiente correlato en el ámbito nacional, volvieron a estar en los escritorios de los burócratas de economía y no vaya a ser cosa que vuelvan a cambiar los porcentajes de los derechos de exportación. Si esto ocurre, el campo volverá a ser el gran damnificado.

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