Milei reunió a las delegaciones junto al canciller Gerardo Werthein y miembros del Gabinete. Los mandatarios expresaron sus diferentes posturas sobre los acuerdos comerciales.
Javier Milei encabezó la 66° Cumbre de Jefes de Estado de los países miembros del Mercosur, un cónclave marcado por las diferencias políticas entre Argentina y Brasil -al cual el Gobierno cedió la presidencia pro témpore del bloque- y la negociación en torno a cuál debe ser el rol frente a los acuerdos comerciales. En este contexto, el mandatario argentino le marcó la cancha a su par Luiz Inácio Lula Da Silva, en un clima de tensión abonado por sus diferentes posturas políticas.
«Debemos dejar de pensar en un Mercosur como un escudo que nos proteja del mundo y pensarlo como una lanza que nos permita penetrar en los mercados globales», sostuvo Milei al iniciar su discurso en el primer piso del Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Al mismo tiempo advirtió sobre posibilidad de abandonar el organismo en un futuro: “Si los socios del bloque insistieran en el mismo camino que no dio resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen”. En la misma línea añadió: «Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos».
«Si bien fue creado con nobles intenciones, el norte se fue empantanando, privilegiando solo a algunos sectores, favoreciendo una estructura elefantiásica. Se incumplió el objetivo inicial, de mercado y de común quedó cada vez menos”, cuestionó Milei. Y agregó: “Propusimos un esquema más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos».
A su turno, Lula marcó una postura diferente. “Uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur”, dijo el presidente brasileño. “Tenemos una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados, toda América se transformó en un área de libre comercio”, destacó, e insistió: “Estar en el Mercosur nos protege”. A la vez, defendió la existencia de un arancel externo común. Su posición fue compartida por los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y de Uruguay, Yamandú Orsi.
Cuando le tocó detallar sus planes para el bloque, el brasileño también tomó distancia de la gestión argentina y apuntó contra el “negacionismo ambiental” al tiempo que llamó a construir un “Mercosur verde”. Además, se comprometió a que el acuerdo con la Unión Europea entre en vigor bajo su mandato.
Cumbre del Mercosur: gestos, saludos y un gobierno «obligado» a participar
El tono de los discursos fue en línea con la recepción del presidente brasileño, último en llegar a Cancillería. El ingreso de Lula, quien vistió para la ocasión una corbata con los colores de su bandera, se vio demorado por un problema en la acreditación de su fotógrafo. El saludo con Milei, con quien atraviesa una tensión creciente producto de sus diversas posturas comerciales pero también políticas -el mandatario de ese país visitó a la expresidenta Cristina Kirchner en el marco de la condena que ésta cumple en su domicilio de Constitución-, fue distante.
Las diferentes delegaciones arribaron minutos antes de las 10 al Palacio San Martín, sede de Cancillería ubicada en el barrio porteño de Retiro, en medio de un fuerte operativo de seguridad. Allí, Milei les dio la bienvenida junto al canciller Gerardo Werthein y la Secretaria de Presidencia, Karina Milei. Por el Ejecutivo, participaron también de la Cumbre de Jefes de Estado el ministro de Economía Luis Caputo, la titular de Seguridad Patricia Bullrich, y el vocero presidencia, Manuel Adorni.
El saludo más efusivo fue entre Milei y su par de Paraguay, Santiago Peña, con quien se fundió en un abrazo. Además de la presencia de los mandatarios de Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay, se sumó la visita del mandatario panameño José Raúl Mulino, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y delegaciones diplomáticas de Chile, Perú, y Colombia.
La postura del Gobierno ante la cumbre -tanto en términos ideológicos como de su organización- fue meramente institucional. En esa línea, el Ejecutivo no había agendado hasta este jueves por la mañana ninguna reunión bilateral entre Milei y los mandatarios invitados. «Estamos acá por obligación», resumió el clima de la jornada a este medio un funcionario de diálogo directo con presidente argentino.
Finalmente, hacia el final de la reunión de Jefes de Estado se organizaron breves encuentros bilaterales con Yamandú Orsi, y José Raúl Mulino. Hacia las 13.30, ya no quedaban funcionarios en Cancillería y las mesas comenzaban a desmontarse en el centro de prensa, en donde todas las pantallas mostraban a Lula saliendo del domicilio de Cristina Kirchner.