Miguel Rep 02

Miguel Rep: “El humor sirve para humanizar el dolor”

Entrevista de Lucas Bertone, de Alegre Distopía, a Miguel Rep, uno de los artistas gráficos y dibujantes más importantes de nuestro país. Nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires. Pasó su infancia en el barrio de Boedo y publicó su primer dibujo a los 14 años. Creador de El Recepcionista de Arriba, Los Alfonsín, Gaspar El Revolú, Joven Argentino, Auxilio, El Culpo, Lukas, El Caramonchón y El Niño Azul, entre otros. En la entrevista repasaron su carrera como dibujante e indagaron acerca del concepto de diversidad el mes que conmemoramos el 12 de octubre.

Soy de Mar del Plata y cada vez que voy visito ese hermoso mural que hiciste hace ya casi 20 años en la Plazoleta Jorge Luis Borges, en La Rioja y San Martín. Más de 3000 baldosas sobre una pared, casi 4 años de un laburo minucioso y detallista que conforman una obra que realmente conmueve.
Ese es un mural que quiero mucho porque es el primer gran mural que realicé. A partir de ese proyecto del que trabajó tanta gente, empezó una carrera en mí que desconocía que tenía, que es el muralismo. A partir de ese trabajo empecé a realizar muchos otros murales tanto en Argentina como en el exterior. Ese de Mar del Plata es un mural madre para mí.

¿Cómo fue que te decidiste a dibujar y laburar de eso?
Estoy en una imprenta en este momento, ya que se están imprimiendo tres libros míos, y recordé, por el olor a la tinta, que antes de publicar mi primer libro a los 14 años pasé por una imprenta mucho más chica que esta, y con menos tecnología, y por un kiosco de revistas; todos lugares donde está el olor a la tinta. Siempre en mí estuvo la vocación de la tinta en mi vida. En mi tablero huelo tinta también, podemos hablar de la tinta que me parió. Nunca dudé de esta vocación, siempre orillé el deseo de dibujar, como que no sé hacer otra cosa. Puse toda mi vida entre el dibujo y la palabra.

En cuanto a los temas de tus dibujos ¿Preferís la actualidad inmediata o te creás mundos de imaginación?
Eso según la época, yo no le hago asco a nada en relación a los temas. Sólo necesito que me interese a mí, primero. Y después he buscado la manera de trabajar en libertad en distintos medios. Sé cuáles me aceptan libres y cuáles no lo harían. Por eso no estoy en los medios grandes porque no te dan libertad, y sí en los medianos como Página/12, o pequeños, como algunas revistas. En los libros es más libre aún, las editoriales como Sudamericana o Planeta me dan mucha libertad para trabajar. Casualmente dentro de 15 días sale mi nuevo libro que es sobre Maradona “Diego, nacido para molestar” que va a ser la continuación de “Evita, nacida para molestar”.

Trabajás en bastantes medios periodísticos ¿El trabajo del dibujante tiene relación con el del periodista?
Yo creo que no, yo nunca me digo periodista. A los dibujantes a veces no saben cómo tildarnos, a veces nos dicen que pensamos como filósofos o como sociólogos, pero la verdad es que nosotros nos formamos para ser dibujantes. El rigor que tenemos lo ponemos en ver cómo traducimos las ideas alocadas que tenemos en la cabeza y en aprender a dibujar. Es verdad que he aprendido con los periodistas el trabajo de la preproducción periodística, eso en mis libros se nota, cuando hago algún personaje como Evita o Diego, o cuando hago los barrios de Buenos Aires. Ahí hay un laburo de investigación que lo aprendí en las redacciones. Pero no soy objetivo como los periodistas. Yo busco expresar mi subjetividad, en ese sentido no soy periodista.

En una entrevista decís que sos un humorista del dolor. ¿Podés desarrollar más ese concepto?
El humor tiene varias materias primas. Fontanarrosa se basaba en el mundo varonil, el fútbol, el bar, las mujeres; Quino trabaja a partir de una indignación sobre el género humano, por ejemplo. Yo, por una cuestión generacional, tengo presente siempre el dolor ahí, pero no porque me guste que me duelan las cosas, sino porque veo que el dolor tiene muy buena prensa y es algo muy solemne. Y el humor está para bajar del pedestal a lo solemne. Creo que el humor sirve para humanizar el dolor.

Esta semana conmemoramos el día de la diversidad. ¿Qué significa para vos ese concepto?
Uno, como en una diapositiva, piensa en esa fecha y va a parar al 12 de octubre de 1492 en que llegó el mal, estábamos tan bien y llegaron ellos. De todas formas el choque de culturas iba a llegar indefectiblemente, pero ellos vinieron con elementos de fuerza como la pólvora y la imprenta. No fue un encuentro amable, fue un encuentro para saquearnos, esa es mi idea. Creo que si nos hubieran respetado, hubieran ganado en una vida placentera, en una vida sin tanto desastre ecológico y nosotros hubiésemos ganado en la riqueza de que nos traigan de Occidente y de Oriente lo mejor. Nosotros, al recibir a estos “multitapados”, con la cruz, con la espada y con la pólvora hemos sufrido muchas matanzas. Ellos vinieron a rapiñar.

Dibujaste a la Divina Comedia, al Quijote, a Dante, a Cortázar, a Borges y a Arlt, entre otros tantos escritores y obras literarias ¿Qué lugar ocupa la literatura y los libros en tu trabajo?
Cada vez más. Hoy mi nutrición son las artes plásticas en general y la literatura. La historieta y el humor fueron mi potrero, pero mi cancha de hoy es la literatura, el ensayo, el cine, el teatro y las artes plásticas visuales.

¿Y de la historia, qué personajes o qué sucesos te gustan dibujar?
Me gusta mucho el siglo XX y ese mundo en blanco y negro y sepia de antes de que nazca yo. Me interesa mucho el período que va desde 1914 hasta 1945 y los años `50. Por esos años pasaron los hombres y mujeres que diseñaron la vida que hoy estamos viviendo.

¿Cuál fue tu relación con Quino? ¿Qué marcas dejó en tu obra?
No sé qué marca dejó en mi obra porque no la puedo ver, es difícil analizar el propio trabajo. En mi historia hay una ensalada y hay muchos Migueles y yo mismo no sé cómo son mis dibujos y cómo logro llegar a la gente. Sí se cómo lo hizo Quino, y soy un fervoroso admirador y un estudioso de su obra y de su vida. También fui su amigo y esa relación se dio más a un nivel de persona. Con él pude hablar muchas cosas: de cine, de conductas políticas, del vino. Mi mirada de Quino se enriqueció por habernos acercado, a pesar de no haber laburado juntos nunca. Él era muy recoleto y muy fóbico en su trabajo, y nunca mostraba nada de lo que hacía antes de terminarlo. El trabajo del dibujante, en realidad, es muy solitario. Los que tenemos una partecita de Quino como creadores no se nos borra nunca más. Y después están los lectores, si se les borra o no la parte Quino, eso depende de cada uno. Por ahí te entra en la infancia con Mafalda, pero después hay que ver si alimentás su parte contestataria. Yo conozco muchos miserables que han leído a Quino y lo siguen reivindicando, pero han sido traidores del pensamiento de Quino, porque a la hora de actuar en la vida, en la política, en el poder, están en las antípodas del pensamiento de él. Creo que hay mucho lector traidor de Quino.

Con Saborido trabajaste en varias oportunidades. En relación a los temas que tocan (el peronismo, la grieta, el conurbano) ¿Qué mirada tenés sobre ellos?
El viernes pasado estuvimos en Avellaneda hablando sobre fútbol y para adelantar mi libro sobre Diego, después tenemos que ir a Malvinas Argentinas y a Tecnópolis. Con esto quiero decirte que tenemos una especie de comunicación permanente con algún viso de profesionalismo porque él es muy productor y de tener las cosas bien programadas, y entra con papeles y esas cosas y luego se lanza al ruedo en la charla de una forma magistral. A mí me toca acompañarlo con dibujos, hablo muy poco.

Esta semana se dio un intercambio de tweets entre Aníbal Fernández y Nik. Si querés contestar, ¿Cómo viste esa polémica?
No es un tema de mi interés, dejá que corra el tiempo con otra cosa.

Escuchá la nota completa aquí:

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *