Una de las empresas más grandes del país informó que abrió la instancia para proteger sus activos “forzada por acciones judiciales de un grupo minoritario” de entidades financieras a las que les adeuda.
La empresa Molino Cañuelas, una de las gigantes de la industria alimentaria de la Argentina y principal productor local de harina, informó la apertura de su concurso preventivo de acreedores, conjuntamente con la firma Compañía Argentina de Granos (CAGSA) al no poder reestructurar su deuda por unos US$ 1300 millones.
Argumentó que la decisión responde a que “pese a los esfuerzos realizados en estos últimos años de negociaciones, y no obstante al consenso alcanzado con una relevante cantidad de las instituciones financieras involucradas, incluida la banca nacional y organismos multilaterales, las acciones judiciales promovidas por una minoría de entidades financieras forzaron” el inicio del proceso preventivo.
Según explicó la firma en un comunicado, la decisión apunta a “proteger los activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la empresa y los intereses de los propios acreedores, manteniendo su estructura productiva y asegurando su continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales”.
También afirmó que la empresa “se encuentra operando con normalidad en todas sus plantas y continuará haciéndolo durante este proceso (judicial), incluso siguiendo con su plan de lanzamientos de nuevos productos, al mismo tiempo que sigue siendo optimista y espera llegar a una negociación definitiva en el corto plazo” para reperfilar su deuda.
Entre los principales acreedores de Molino Cañuelas aparecen, por el lado de los bancos locales, el Banco Galicia; Banco Nación; HSBC; Santander Río; Banco Provincia de Buenos Aires, y BBVA Banco Francés. La firma adeuda también a la Corporación Financiera Internacional (CFI) y al Banco Mundial, que financiaron parte de su proceso de expansión.
La negociación por la deuda que, según calculan en el mercado supera los US$1300 millones, comenzó hace tres años, luego de un intento frustrado, “por la alta volatilidad de ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina”, de colocar obligaciones negociables en la Bolsa porteña y en Wall Street.
“Esto, sumado a las sucesivas crisis económicas vividas por nuestro país, donde solo durante el 2018 el peso se desplomó más del 50% contra el dólar, obligaron a la empresa a postergar el pago de ciertos compromisos e iniciar un proceso privado de re-perfilamiento del total de su deuda financiera”, señaló la compañía.
Para renegociar los pagos, se conformó un comité de acreedores, con el que en marzo de 2019 había alcanzado un principio de acuerdo. “Sin embargo, la nueva turbulencia financiera registrada en el país en agosto de ese año, y la abrupta devaluación de la moneda local, sumado a la crisis mundial por el COVID-19 en 2020 y las dificultades propias que esto generó en la Argentina provocaron un nuevo e inevitable cambio de escenario para todos los participantes de la restructuración”, añadió.
En ese contexto, “algunos bancos decidieron suspender su participación en dicho Comité, alejando la posibilidad de obtener un acuerdo definitivo”, remarcó Molino Cañuelas en el comunicado.
Molino Cañuelas tiene gran presencia en las góndolas de supermercados y comercios de cercanía de todo el país del país. Y participa con productos del plan Precios Cuidados con marcas como Cañuelas; Pureza; 9 de Oro, Paseo, Mamá Cocina y Pizza Pietro, entre otras. Emplea más de 3000 personas en las 15 plantas que tiene en 6 provincias argentinas, además cuenta con otras 3 ubicadas en Uruguay y Brasil.
Además es el principal productor de harina de la Argentina y primer exportador del producto en América Latina. Comercializa sus productos a unos 60 países del mundo y cuenta con un puerto propio en Las Palmas, en la ciudad de Zárate y sobre el río Paraná. Se trata de una terminal de 44 hectáreas y un calado natural de 36 pies.