El amigo íntimo de Dario Monges, asesinado de cinco disparos en la zona sudeste en un presunto ajuste de cuentas por una deuda de narcomenudeo, calificó al fallecido como una persona poco creíble.
Mientras la investigación por el asesinato de Darío Monges, el supuesto asesor político hallado con disparos en la cabeza en B° El Círculo, una declaración del amigo íntimo reveló que las sospechas del Fiscal Federal Eduardo Villalba son certeras.
«Dario era una persona muy buena, con grandes gestos», dijo Maximiliano Montandi pero también sostuvo que Monges era «mentiroso, fabulador y chapeador».
Según el testimonio, Monges tenía una tendencia habitual a exagerar o inventar historias, una característica que Montaldi asoció al entorno político en el que Monges se movía.
«Era un chamullero»
«Darío no era una persona a la que le pudieras creer al 100%. Por ejemplo, te decía que acababa de volver de Buenos Aires cuando en realidad no era cierto. Era algo más propio del chamullo que de una patología» contó Montaldi en diálogo con «Cadena Infinito».
«Todo el mundo sabe que en política se chamulla, se sacan chapas y se dicen cosas que no son verdad. Darío no era la excepción», agregó.
La figura de Dario Monges quedó señalada, no sólo por el crimen con tintes mafiosos, sino también porque trascendió que mantuvo una reunión con el sicario y narcotraficante conocido como «Gringo» Palavecino poco antes de su asesinato. Aunque no se han confirmado las circunstancias exactas de ese encuentro, las autoridades trabajan con la hipótesis de que podría haber estado relacionado con actividades ilícitas.
En la última audiencia por el crimen, el Fiscal General Eduardo Villalba presentó su alegato y solicitó que Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago y David, sean considerados coautores responsables del homicidio agravado de Monges.
Villalba afirmó que el asesinato fue premeditado, producto de un «concierto delictivo» entre los acusados, con un trasfondo vinculado al microtráfico de drogas. Según el fiscal, el crimen ocurrió entre las 21 horas del 1 de septiembre y la 1 de la madrugada del día siguiente. También señaló que los acusados intentaron borrar pruebas clave, como información contenida en sus teléfonos celulares.
Villalba trazó un perfil de la víctima, describiéndolo como una «buena persona», padre de familia y buen hijo. No obstante Monges, cabe recordar, tenía relaciones con personas vinculadas a delitos graves, como el tráfico de drogas. Según el fiscal, Monges vendía drogas junto con los Bejarano.
El fiscal también reveló que a David Bejarano se ofreció un acuerdo de colaboración a través de la auxiliar fiscal Vilte, pero afirmó que existen 21 elementos que implican a los tres acusados en el crimen. Además, Villalba vinculó el caso con el tráfico de dólares y estupefacientes, y aseguró que continuará investigando otros aspectos relacionados, como permisos de circulación que presuntamente se obtenían desde el Ministerio de Seguridad.