Nació el 2 de diciembre de 1905 en el barrio porteño de Villa Crespo, en el seno de una familia de músicos. Osvaldo Pugliese es uno de los músicos más reconocidos del tango, dueño de un gran talento y una brillante carrera musical. Hasta el día de hoy, sigue siendo fuente de inspiración para músicos y tangueros de todo el mundo.
También es cierto que en el ambiente artístico-musical (y sobre todo tanguero), para espantar la “mufa, la mala suerte, la yeta”, se invoca su nombre: “Pugliese, Pugliese, Pugliese”. “Suerte”, “merd”, “éxitos”. ¿Pero por qué sucede esto? Pues bien, cuenta la leyenda que en un recital de Charly García, hubo una serie de inconvenientes técnicos, problemas con el sonido, más bien. No se podían solucionar esos problemas hasta que uno de los técnicos hizo una prueba y puso un disco del Maestro Pugliese. Como por arte de magia, todo mejoró y el show del por entonces cascarrabias Charly García pudo realizarse. De este modo nació el mito de la buena suerte que traía invocar a Pugliese.
Tal vez una cábala que podríamos tener en cuenta para cualquier ámbito de la vida. Es más, hasta tiene su propia estampita y plegaria, que dice:
“Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos dejes en silencio mirando un bandoneón sobre una silla”.
Su padre le regaló un violín y lo inscribió en el Conservatorio Odeón, en Villa Crespo. Y fue allí donde se enamoró del instrumento que lo apasionó durante toda su vida: el piano.
A los quince años formó parte de un trío musical. En un bar llamado el “Café de la Chancha” (por la falta de higiene) debutó a puro tango junto a otros músicos. Luego, lo hizo participando con otro conjunto, en la que se encontraba Francisca Bernardo, la primera bandoneonista de la Argentina, más conocida como “Paquita” o “la flor de Villa Crespo”. Francisca Paquita Bernardo (1900-1925), en 1921 se convirtió en la primera mujer directora de orquestas de tango, tocando el bandoneón, algo en esa época considerado escandaloso por los hombres y casi una provocación: algunos documentos y la tradición oral dicen que el sonido de su agrupación era absolutamente renovador; Un jovencito pianista llamado Osvaldo Pugliese integraba esa orquesta…
Datos curiosos: Pepita Avellaneda (cantante), María Luisa Carnelli (escritora de canciones), Ada Falcón (cantante de Cannaro), Tita Merello, entre otras, son algunas mujeres que, en un ambiente hostilmente machista, abrieron el camino para que las voces femeninas tuvieran gran representación en el tango. ¡Bravo por ellas!
En la década del 30 formó su propia orquesta presentándose en varios lugares y acrecentando su talento y fama. (Se dice también que por esos años, realizó una gira nacional de la que no salió muy bien parado económicamente, al punto que, para volver a casa, tuvieron que vender sus instrumentos)
En 1936 creó un sexteto, la orquesta con la que cosechó su gran reconocimiento durante 55 años, siempre con algunos cambios, pero fiel al espíritu original de los integrantes. Así, Osvaldo Pugliese creó más de 150 canciones. Algunas muy conocidas como “La Yumba”, “Recuerdos”, “La Beba”, “Negracha” o “Malandraca”.
No sólo se lo reconoce como uno de los grandes músicos argentinos que revolucionó la interpretación del tango en el piano, sino también como un ciudadano comprometido con el trabajo de músicos, intérpretes, compositores, y sus derechos y obligaciones como artistas. En 1935, impulsó el Sindicato Argentino de Músicos, para promover las labores de la música como «una dignidad personal y no un castigo», decían desde la organización. Un año después, también se afilió al joven Partido Comunista Argentino. Sus ideas y convicciones le valieron la persecución, censura y hasta la cárcel, durante el gobierno de Juan Domingo Perón y la posterior dictadura de la “Revolución Libertadora”. No obstante, Pugliese nunca dejó de tocar.
Recibió innumerables distinciones nacionales e internacionales; entre ellas, la otorgada por el gobierno de Cuba, la medalla “Alejo Carpentier”, la más importante distinción cultural de la Isla. SADAIC y la Asociación de Coleccionistas de Tango colocaron una placa en la Av. Corrientes 960, al conmemorar sus 50 años de carrera y aporte a la cultura argentina y al tango.
Finalmente, el 25 de julio de 1995 y después de una breve enfermedad, falleció a los 89 años en la ciudad de Buenos Aires, su ciudad. Sus restos fueron velados en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires y luego llevados hacia el cementerio de la Chacarita por la emblemática avenida Corrientes a contramano del tránsito.
Escuchamos una de sus obras maestras: La yumba
«Pugliese, Pugliese, Pugliese»
Por Nelson Coronel para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7