El foco está puesto en acentuar las restricciones sobre el turismo internacional y reforzar controles en las fronteras terrestres con Bolivia, Brasil y Paraguay.
En estos momentos la mente del Gobierno nacional está puesta en evitar o atenuar los efectos de una segunda ola por coronavirus en el marco de un proceso de vacunación más lento de lo esperado, nuevas mutaciones del virus que acechan, pero en una economía que no tiene mucho oxígeno.
«Básicamente lo que queremos restringir es el turismo al exterior. Si te vas, te va a costar entrar”, confió Alberto Fernández en la quinta de Olivos cuando le preguntaron sobre las medidas que se tomarían en las próximas horas. El puntapié para esta postura fue el alto porcentaje de argentinos que regresaron de vacaciones en el exterior infectados pero incluso algunos con PCR negativo.
Por eso, si no cambia de opinión en las próximas horas, el jefe de Estado dispondrá que los argentinos que regresan del exterior pagarán su examen de PCR y su cuarentena obligatoria en ciertos hoteles de la Capital Federal.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, debe definir la extensión de la cuarentena obligatoria. Y su cumplimiento sería en hoteles porteños, aunque los turistas argentinos puedan probar que sus domicilios están en el interior del país.
Al margen del pago de la cuarentena obligatoria y del PCR para los argentinos que vuelan al exterior, el presidente define una estrategia de control exhaustivo en las frontera. Su preocupación es Brasil, Paraguay y Bolivia -en ese orden-, y por eso habrá un zoom colectivo entre los gobernadores con pasos limítrofes y los ministros de Salud, Interior, Seguridad y Transporte.