Presas por parir

Presas por Parir: Un documental sobre un problema de salud y no legal

Virginia Giacosa, integrante de la Red Federal de Periodistas y Comunicadoras Feministas de la Argentina dialogó con El Influencer sobre la serie documental “Presas por Parir”, que narra historias de mujeres que fueron perseguidas judicialmente y privadas de su libertad luego de atravesar un evento obstétrico adverso.

Ana, Irupé, Juana, Eva, Julieta, Paola y María son los nombres propios de las protagonistas de los cinco episodios de esta serie y representan a muchas mujeres de distintos puntos del país que transitaron estos sucesos trágicos en soledad, algunas en condiciones precarias, en contextos de pobreza y violencia, y sin información ni acceso a una atención médica adecuada. Para contar sus historias, a sus voces se suman la de familiares y amigas que las acompañan, profesionales de la abogacía, medicina, psiquiatría, forenses y referentes feministas, que analizan de un modo integral la experiencia de sufrir un evento obstétrico y ser criminalizadas.

La serie documental “Presas por Parir” se puede seguir en Spotify AQUÍ o desde la página web del proyecto, ingresando a este ENLACE

Virginia Giacosa, integrante de la red y quien para este trabajo tuvo a cargo la narración y parte del trabajo de entrevistas en territorio, en diálogo con El Influencer explicó que esta serie documental surge de la necesidad de visibilizar que hay un fenómeno preocupante y poco visibilizado que afecta a mujeres que, tras sufrir eventos obstétricos adversos como abortos espontáneos, partos prematuros o partos en avalancha, “las hizo pasar de ser pacientes del sistema de salud a ser tratadas como criminales”, y esto sucede básicamente “porque presuponemos que una mujer sabe absolutamente todo no solo acerca de la maternidad. Siempre asociar, mujer con maternidad, como si fueran sinónimos, es lo más común. Sino que también tiene que saber todo sobre parir, con lo cual ese desenlace fatal y muchas veces se le atribuye a esta mujer”.

Ante estos eventos adversos, comenta la periodista, el sistema judicial le atribuye la culpa justamente a la mujer “desconociendo que muchas veces estas mujeres atraviesan situaciones de vulnerabilidad, de precariedad y que estos partos suceden en soledad. En un baño, a veces van a una consulta médica, y es el caso de una de las historias”.

Son casos de mujeres que “se descomponen en el baño del centro de salud, o del hospital, tienen un parto en avalancha y lo primero que les adjudican es un aborto seguido de un probable homicidio y otras carátulas similares que con la ayuda de la mirada jurídica, damos cuenta en esta serie”

Los casos de mujeres presas se trata de mujeres que tuvieron un aborto espontáneo, o un parto prematuro, o un parto en avalancha o precipitado, un extrahospitalario, “es decir, que sucede en una casa en un patio, como vas a escuchar a lo largo de esta serie, son algunas de ellas en relación al aborto espontáneo, que es la pérdida repentina de un embarazo antes de la semana 20, que puede tener que ver con lo genético, una muerte fetal intrauterina, puede ser consecuencia de de muchos factores” y explica que pese a todo “lo que sucede con estas mujeres es que son criminalizadas o sean víctimas de todo un entramado entre judicial médico y policial”.

Si bien no se tiene una estadística sobre este tipo de casos a nivel nacional, Giacosa explica que a través de un relevamiento de informes periodísticos y expedientes judiciales “podemos inferir que por lo menos hay 32 causas ya iniciadas por aborto y 37 posibles casos de eventos obstétricos ocultos bajo estas figuras que te decía antes, como homicidio, o abandono de persona, entre el año 2012 y y 2020” y al respecto aclara que “fueron esos esos años bisagra donde el debate por la legalización de la interrupción del embarazo estuvo en la agenda pública y estuvo muy presente hasta que en el 2020 se convierta en ley”.

¿Qué es un evento obstétrico adverso?
Se define como un suceso inesperado durante la gestación o el parto, donde el recién nacido carece de signos vitales o vive solo unos instantes. A veces, estos partos son «en avalancha» o «precipitados», ocurren repentinamente y sin previo aviso, incluso sin que la mujer sepa que está embarazada, un fenómeno conocido como «embarazo críptico» o «gestación silenciosa»

Al respecto Giacosa explica que “esta falta de conocimiento se asocia a la presunción social de que una mujer sabe absolutamente todo sobre la maternidad y el parto” y por si fuera poco, muchas veces estos eventos ocurren de forma extrahospitalaria, es decir, fuera de una institución de salud, “incrementando los riesgos y complicaciones tanto para la madre como para el feto. En muchos casos, las mujeres sufren estas situaciones en soledad”.

“Lo alarmante es que, ante un evento obstétrico adverso, lo primero que se imputa a estas mujeres es ‘aborto seguido probablemente de homicidio’ u otras carátulas graves” explica la periodista y agrega que “el éxito o fracaso de un parto se les atribuye directamente, ignorando las situaciones de vulnerabilidad y precariedad que muchas atraviesan”.

Las causas y las injusticias
Básicamente las causas judiciales en torno a estos casos se basan únicamente en la incredulidad de la justicia hacia el testimonio de las mujeres, quienes una vez sometidas al proceso judicial “no tienen la oportunidad de hacer oír su voz, la prueba en su contra es nula o escasa, además, las familias son obligadas a denunciarlas, y se recurre a detenciones preventivas injustificadas, incluso por cargos de homicidio agravado con penas de prisión perpetua”

Estas situaciones, como describe Giacosa, no son más que el estereotipo de género y los prejuicios que juegan un papel crucial en esta criminalización, y aunque muchas de estas mujeres son jóvenes (menores de 30 años), viven en condiciones precarias, tienen escasa formación y no tienen trabajo, entonces “la criminalización trasciende estas condiciones socioeconómicas” donde “la vara de la justicia se impone, reforzando el mandato de la maternidad obligatoria».

Es aquí donde se evidencian una sucesión de malas prácticas médicas, policiales y judiciales que son evidentes, porque mientras la mujer está en shock y atravesando un trauma tras el evento obstétrico adverso, insiste Giacosa, “”se asume la culpabilidad de la mujer. A menudo, son esposadas en hospitales sin saber qué les sucede, y la investigación en su contra ya está en curso”

Entonces, tratándose de un tema netamente de salud y sin que este tipo de casos estén contemplados como delito, se judicializa la situación de las mujeres con carátulas y acusaciones absurdas bajo la figura de homicidio o intento de homicidio, porque “la sociedad impone la expectativa de que el desenlace de un parto siempre debe ser heroico y feliz, y cuando no lo es, se culpa a la mujer, incluso si no sabía que estaba embarazada o si la gestación fue producto de una violación”, advierte la periodista.

Giacosa citó por ejemplo el caso de Juana (que es uno de los casos que están presentes en la serie documental), que “no tuvo registro de su gestación y descubrió a través de un documental que su experiencia es un tema de salud en otros países, evidencian cómo estas mujeres son estigmatizadas y criminalizadas en Argentina”, y agrega que incluso aunque el aborto es un derecho garantizado por Ley en Argentina desde el 2020 “estas mujeres son ‘presas por parir’ en condiciones adversas, sin acceso a información o controles médicos adecuados.

La visibilización de estas historias, como las de Ana, Irupé, Juana, Eva, Julieta, Paola y María, provenientes de siete provincias, busca poner de manifiesto que se trata de un problema de salud pública que requiere atención desde el primer nivel. La criminalización y las penas impuestas sobre estas mujeres reflejan no solo la falta de una perspectiva de género, sino también una cadena de «malas prácticas» y «violencias institucionales» que cuestionan la legalidad de los procesos judiciales.

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