Eleanore Marie Sarton (Wondelgem, Bélgica, 1912–York, Estados Unidos, 1995). Poeta, memorialista y escritora, nació en Bélgica de padre belga-estadounidense y madre inglesa; la familia dejó Bélgica después del asesinato del archiduque Francisco Fernando. Autora muy prolífica, escribió poesía, novelas, libros infantiles y una obra de teatro, aunque su gran aportación literaria fueron sin duda sus diarios y memorias. Cosmopolita y políticamente comprometida, los temas que recorren sus obras son la amistad, las relaciones, el envejecimiento, la soledad y los derechos de la mujer.
“La vida aquí desde el principio ha sido un desafío. Y ese era el asunto: puede que no la felicidad, sino una vida vivida con más consciencia e intensidad (…) lucha, triunfo en ocasiones sobre la adversidad y, sobre todo, el poder de resistir y renovarse. Porque aquí las rosas crecen junto al granito.” (94/95)
“Anhelo de raíces” son las memorias de los primeros diez años en que May Sarton vivió en la casa de campo del Siglo XVIII que compró en Nelson (Nuevo Hampshire) en 1958.
Se trata de un libro con un marcado tono íntimo y de júbilo. Tono este último que no suele abundar en la literatura y menos sostenerse a lo largo muchas páginas. Sin embargo, este sentimiento que May Sarton transmite, produce con su escritura y mirada es parte de un proceso en el cual la protagonista se integra a un nuevo modo de vida, una cultura relacionada con el pueblo de Nelson, pero también con el pasado europeo.
Como suele suceder en las memorias o autobiografías, “Anhelo de raíces” se construye a partir de una escena inicial, una especie de ritual para pasar la vida por el lenguaje, dotar de sentido, de límites algo que en principio no lo tiene sin una estructura narrativa. En este caso, se trata del relato sobre el día en que cuelga en su nueva casa el retrato de “el ancestro”, un francés que vivió en el siglo XVIII y también el recuerdo de otro antepasado: un inglés. El primero más claramente al tener representación, un retrato, es uno de los tantos objetos que no solo decorarán la casa, sino que la ligarán a un pasado y a Europa:
“Me gusta empezar esta crónica evocando a dos ancestros porque en esta casa todos los hilos que tengo en las manos forman la trama de un todo: los hilos de las familias inglesa y flamenca de las que procedo (…) los hilos de mis propias andanzas por Europa y Estados Unidos y esos otros hilos brillantes, los valores que me dieron dos padres extraordinarios. Aquí todos juntos forman una sola urdimbre desplegable y unificadora.” (18)
El centro de la escritura es en principio la casa, las ilusiones que deposita quien la compra y cómo la va transformando en un nuevo hogar. Sin embargo, este espacio a lo largo del texto se va a ir cargando de significados: la casa no es solo un lugar físico, sino también un punto de vista y un espacio de relaciones con los antepasados, con la historia familiar en Europa, con la práctica de la escritura y con la comunidad que la rodea.
El pasado europeo no solo es parte de la biografía de May Sarton, sino que se introduce a partir de objetos que pertenecieron a sus padres y que les regalan sus amigos:
“La casa había empezado a sentirse habitada por todo tipo de presencias además de la mía. Mis ojos se fijaron en los grabados japoneses. Me los había regalado Jean Dominique….” (45)
“Katherine murió cuando yo vine aquí, por lo que es una de las presencias que van y vienen en esta extraña intersección donde no vivo en el tiempo, sino que el pasado y el futuro fluyen juntos hacia el presente…” (42)
También el jardín es una continuidad entre el pasado y el presente a partir del recuerdo de la madre, de amigas y de Yeats: “Como cualquier gran pasión, mi jardín se ha nutrido tanto de la memoria como del deseo, y es un lugar de encuentro, una intersección donde se pueden recordar goces recreados.” (127)
La actividad como escritora va a ser un punto de comparación de las nuevas experiencias en Nelson y, sobre todo, en relación a la jardinería:
“Vi la casa como mi propia creación dentro de un marco tradicional, del mismo modo que un poeta vierte su visión de la vida en el soneto tradicional.” (33)
“Arreglar flores es como escribir en cuanto es el arte de elegir. Entre el rico material que requieren los enunciados no todo se puede utilizar. Así como uno intenta una palabra y luego otra, junta una frase para luego separarla, del mismo modo uno arregla flores…” (126)
El tono como se mencionó es de júbilo, pero también la protagonista nos narra cómo debe enfrentar la soledad, sobre todo, en invierno, la escasez de agua, la pérdida del trabajo y la muerte de amigos y vecinos. A su vez, hacia el final esta nueva comunidad a la que se integra no deja de incluir la heterogeneidad y los conflictos propios de toda asociación humana.
“Anhelo de raíces” no es solo un libro sobre la vida en una casa de campo, sino una indagación sobre el tiempo, sobre lo que cada uno hace con lo que hereda, cómo lo transformamos y sobre los aprendizajes. En este sentido se narra la aventura de crear una nueva comunidad en la cual el pasado no sea algo estático, sino la materia a partir de la cual creamos mitos sobre nosotros mismos como dice May Sarton.
Editorial Gallo Nero
Traducción: Mercedes Fernández Cuesta
2020: 197 páginas