Wila belleza

Reseña: La belleza de aquellos años de Willa Cather

Willa Cather nació en Winchester (Virginia) en 1876, en el seno de una familia de origen irlandés, y pasó su infancia en Nebraska, en los años de la primera gran colonización de inmigrantes checos y escandinavos. Estudió en la Universidad de Nebraska, donde se presentó, vestida de hombre, con el nombre de William Cather. Fue viajera, periodista, maestra, dirigió revistas; vivió durante cuarenta años con su compañera, Edith Lewis; y, cuando hubo ahorrado lo suficiente, se dedicó exclusivamente a la literatura.

William Faulkner, Truman Capote y Vivian Gornick entre otros han demostrado su admiración por la literatura de Willa Cather.

Entre sus novelas figuran “El puente de Alexander” (1912), “Pioneros”, “Mi Antonia” (1918), One of Ours (1922), que mereció el premio Pulitzer. Es autora asimismo de un gran número de relatos de los cuales Maximiliano Tomas ha seleccionado y traducido siete bajo el título de “La belleza de aquellos años” (Editorial MarDulce: 2021) nombre de uno de los textos que integran el libro.

“Tenía una inexplicable antipatía por las mujeres bien vestidas que veía salir de las grandes tiendas o que manejaban por el parque (…) No había conocido nunca a chicas como aquellas, no las había escuchado hablar ni las había visto dentro de las casas en que vivían; pero imaginaba que todas eran superficiales y que estaban pervertidas en un sentido estético. Las veía esclavizadas por el deseo de mercancías y artículos manufacturados…” (“¡Próximamente, Afrodita!”: 27)

“Soy como la reina de Saba, estoy interesada en todo. Pero usted, mi amigo, tendría miedo hasta de probar un desayuno diferente. No es la gravedad la que mantiene al mundo en su lugar: es la enorme y perezosa cobardía de la gente que vive en él.” (“Un zapato dorado”: 113)

“La belleza de aquellos años” es un libro cuyos relatos exploran la vida de artistas, de personajes “comunes” que buscan riqueza, reconocimiento, pero también amor. En cada uno se trasluce un sentimiento de pérdida, de nostalgia y, en este sentido, el cuento que le da título a la selección -uno de los más complejos y sutiles del libro-resulta un ejemplo paradigmático. A su vez, “El caso de Paul” nos introduce en una crítica, un rechazo feroz al estilo de vida de los suburbios a partir de ese personaje adolescente que sueña con darse la gran vida.

Estos siete relatos tienen algunos aspectos en común a nivel temático, pero también a nivel de la estructura narrativa. Generalizando, tal vez demasiado, podríamos decir que en el centro de cada uno se desarrolla como conflicto principal la valoración acerca del éxito o fracaso de una vida, la propia o la de un otro.

En qué se fracasa o se tiene éxito y cómo se establece la valoración es parte de la singularidad de cada cuento. En ocasiones, el segundo está vinculado a la “fama”, al reconocimiento multitudinario, al camino fácil y rápido, al dinero y al lujo. Este tipo de reconocimiento suele estar asociado a las mujeres, sobre todo, en “Próximamente, Afrodita”. En este relato se narra la relación entre una cantante de ópera que aspira al éxito en París y un pintor recluido en su departamento, oscuro, sucio y harapiento. A pesar de sus diferencias y de que racionalmente al principio no lo acepten, ambos se sienten atraídos el uno por el otro. El conflicto surge cuando se enfrentan dos formas de alcanzar el éxito en su arte. El arte ligado a la “fama”, también es el eje de la inolvidable discusión que tienen un carbonero y una cantante muy famosa en “Un zapato dorado”. El hombre le recrimina cierta superficialidad primero como artista, pero la artista lo va llevando a través del diálogo a que exprese realmente lo que le molesta:

“Todas ustedes, siguió Mckann mirándola con cierta condescendencia, necesitan de esa agitación. Son como niñas mimadas. Pero no ayudan a nadie a sobrellevar los problemas de este mundo. Son autoindulgentes y codiciosas.” (107)

Por su parte, la cantante lo pone en evidencia:

“Yo soy tan víctima de estos horribles prejuicios como usted. Usted cree que su secretaria es mejor que yo. Solo porque su vida es, presumiblemente, más aburrida que la mía, le parece que ella es superior. Pero yo no creo que la pobreza ni la mediocridad ni la pobreza sean en sí mismas cosas admirables… (111)

El hecho de narrar una vida conlleva ciertas elecciones a nivel narrativo y la extensión es la consecuencia más evidente. En el texto que le da el título al libro podemos pensar en una nouvelle. Para medir o exponer narrativamente una vida se necesita además tiempo, un lapsus extenso que el relato debe resolver de alguna manera. Una de las formas más utilizadas por la escritora es la prolepsis (los saltos temporales hacia el futuro), pero también el uso de la analepsis (hacia el pasado), así como cierta elipsis. El pasado suele introducirnos en el origen familiar y socioeconómico de los personajes, en general, la mayoría ha padecido la pobreza y la vida difícil en las grandes ciudades. El presente de la narración desarrolla las aspiraciones de uno o de dos personajes que, en general, se contraponen en cuanto a la forma en que esperan lograr sus proyectos o lo que consideran que es el éxito. El futuro en la mayoría está relacionado con un salto temporal, una elipsis y cierta reposición minina para dar a conocer y resaltar dichas aspiraciones con lo que realmente ha sido la vida de ese personaje.

Otro aspecto necesario para dar cuenta del fracaso o éxito de una vida es un punto de vista. En este sentido, uno de los grandes procedimientos de los cuentos seleccionados es variación en la focalización del narrador. Se trata de narraciones de perspectivas móviles, cuyo foco no deja de pasar de un punto al otro, aunque en general, el cierre esté a cargo de uno de los personajes. Por ejemplo, en “¡Próximamente, Afrodita!”, una mujer inquiere sobre la vida de un amor del pasado; en “La posada del jardín”, una mujer se ve atormentada por el deseo de un hombre artista que se ha hospedado en su casa; en “Un zapato dorado” y en “El peñasco embrujado”, un hombre regresa al lugar donde transcurrió su infancia y constata lo gris de la vida de cada uno de sus amigos frente a lo búsqueda de misterio y aventuras durante la infancia.

“La belleza de aquellos años” es una gran muestra de la escritura de Willa Cather en la que parece que todo estuviera meticulosamente calculado; no hay un elemento, descripción, un gesto o diálogo que no sea funcional a la historia que se está narrando. Los cuentos reunidos tienen personajes, situaciones y diálogos inolvidables. Sus protagonistas llevan vidas que oscilan entre lo ordinario y lo extraordinario, entre el éxito y el fracaso. Por último, el valor del libro también está en que el lector puede ir descubriendo ciertas temáticas y formas narrativas presentes en la escritura de otros grandes escritores norteamericanos posteriores a Willa Cather.

Editorial MarDulce
2021: 272 páginas
Traducción de Maximiliano Tomas

 

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