En medio de un clima de violencia en inmediaciones del estadio, un River que salió a jugar con suplentes reservando jugadores para Boca, empató sobre el final 1-1 frente a Junior.
En el estadio Romelio Martínez de Barranquilla, Junior y River Plate igualaron 1-1 por el Grupo D de la Copa Libertadores. El duelo se dio en medio de un clima especial, dado que en los alrededores del escenario se registran incidentes, a raíz de la convulsión social que vive Colombia en las últimas semanas, al punto que el cotejo tuvo que suspenderse unos instantes a los 23 minutos del primer tiempo porque los futbolistas se vieron afectados por los gases lacrimógenos.
Miguel Borja abrió el marcador en el primer tiempo, en el que el local fue mucho más. pero la muñeca del DT visitante consiguió revertir la imagen del Millonario, que empató en el epílogo gracias a un cabezazo de Paulo Díaz.
Una vez más, priorizando el orden local, Gallardo apostó a una formación alternativa, que sufrió las transiciones rápidas de un Junior que, como en el cruce en el Monumental, enfocó sus ataques en las lanzas por afuera, a espaldas de los carrileros. El 3-4-3 dispuesto por el Muñeco buscó un juego más directo, con menos elaboración. Álvarez fue el delantero que más retrocedió y el doble 9 resultó una tentación para los centros desde los costados.
Pero excepto por un remate de Girotti por encima del travesaño, Junior fue mucho más incisivo. Con Borja sin brindar referencias y como un problema sin solución, el ex Olimpo de Bahía Blanca abrió el marcador a los 19 minutos, tras una contra veloz en tres toques, luego de una pérdida millonaria en el borde del área contraria.
River mostró una imagen poco común: inconexo, con descoordinaciones defensivas, superado. Sobre el epílogo de la primera parte, Hinestroza, a partir de un remate potente, casi pone el 2-0, pero lo impidió Armani.
Disconforme con lo presentado en los primeros 45 minutos, Gallardo intentó reconstruir el mediocampo del que prescindió. Así, hizo ingresar a Palavecino y Carrascal (dos hombres de elaboración y armado) por Vigo y Álvarez. Al mismo tiempo, pasó a un esquema de cuatro defensores.
Así, al menos, River reconstruyó su imagen. Y terminó capturando un punto sobre el final, con el córner de Angileri y el cabezazo perfecto de Paulo Díaz. El Millonario salvó el invicto y quedó segundo en la zona, con seis puntos, dos menos que el líder Fluminense y tres más que su rival de hoy, que podía haberlo dejado tercero si sostenía la victoria. La prueba de lo importante que fue el grito del chileno.