Necesitaba un empate pero goleó 4-0 a un Racing que se convirtió minuto a minuto en un actor de reparto. Título 36 por torneos locales para el millonario.
Agustín Palavecino, Julián Álvarez y Braian Romero (2) anotaron los goles para el Millonario en un Monumental que montó una verdadera fiesta. Marcelo Gallardo celebró su primer título a nivel liguero y el decimotercero desde su desembarco como DT en Núñez.
16 victorias en 22 presentaciones. 48 goles a favor y apenas 13 en contra. 12 puntos de ventaja sobre Talleres de Córdoba y Defensa y Justicia, sus más inmediatos perseguidores. River Plate es otra vez campeón del fútbol argentino. Justo y arrollador campeón de la Liga Profesional. Derrotó 4-0 a Racing con goles de Agustín Palavecino, Julián Álvarez y Braian Romero (2), y se colocó la corona tres fechas antes del epílogo de la competencia. Todo un símbolo de su abrumadora superioridad.
River en este torneo debió enfrentar una serie de obstáculos por lesiones, jugadores convocados a selecciones, pero no pareció afectar el funcionamiento de un equipo que siempre fue el mejor.
Este River no es el opulento de años anteriores, se fue desprendiendo de figuras que hicieron diferencia y que lo llevaron a ganar la Copa Libertadores y a jugar la final que finalmente perdió ante Flamengo, en Perú, y sufrió bajas trascendentes, como las de Matías Suárez o Nicolás de la Cruz. Pero Gallardo le dio un funcionamiento, una dinámica propia de su sello y contó con la aparición de algunas jóvenes figuras como la del desequilibrante Julián Álvarez, quien es hoy probablemente el mejor jugador del fútbol argentino, más Benjamín Rollheiser, Santiago Simón, Enzo Fernández y Felipe Peña, entre otros.
Álvarez, con 17 goles, es el máximo artillero del certamen y con su inminente futuro en el fútbol europeo es el factor más desequilibrante de un conjunto que se “refundó” y reemplazó a la figuras de la mejor manera, con superlativo rendimiento individual, colectivo y ganando en todas las canchas.
El epílogo quedó dedicado al “ole” que bajó de las tribunas y a las ovaciones personalizadas. Para Gallardo, el más vitoreado, para Ponzio, Enzo Pérez, Maidana o Álvarez. Una caricia para los que consiguieron un nuevo impacto. Y pagaron el pagaré que le faltaba al exitosísimo ciclo Gallardo.