El equipo de Gallardo le ganó 2-1 con goles de Ignacio Fernández y Matías Suárez, pero sufrió las lesiones de Casco y Angileri, sus dos laterales izquierdos.
River le ganó a Arsenal 2-1 en la cancha de Independiente, por la tercera fecha de la etapa Campeonato de la Copa Diego Maradona y se ubica segundo de Boca en la Zona Campeonato A por diferencia de gol.
Los tantos los anotaron Ignacio Fernández y Matías Suárez, mientras que descontó Jonathan Candia para los dirigidos por Rondina. Sin embargo, los tres puntos pueden salirle caro por las lesiones de Fabrizio Angileri y Milton Casco, los dos laterales izquierdos que tiene Marcelo Gallardo en el plantel, con la mira puesta en el próximo partido con Boca y las semifinales ante Palmeiras por la Copa Libertadores.
River gana los partidos por superioridad, jerarquía o demolición. Asume el protagonismo y nunca deja de buscar el arco rival. Si no consigue respuestas, cambia su rumbo. Por eso, ni siquiera los planteos extremadamente defensivos como el que le propuso Arsenal pueden surtir efecto en el equipo de Marcelo Gallardo si logra afinar sus mejores instrumentos. Y más si tiene en buen nivel a sus grandes directores: Enzo Pérez, el dueño del eje; y Nacho Fernández, el cerebro.
Pero también sabe que puede sufrir hasta cuando gana y el triunfo en Avellaneda le dejó dos preocupaciones: la corta diferencia de gol en un partido en el que pudo golear y, sobre todo, las lesiones musculares de Fabrizio Angileri y Milton Casco. Perdió a sus dos laterales izquierdos. Creer o reventar.
Tras perderse dos partidos por una lumbalgia y después de mostrar un nivel irregular en sus últimas presentaciones, Nacho Fernández fue la carta que destrabó el partido en Avellaneda al ingresar para jugar el segundo tiempo en lugar de Bruno Zuculini. Con un altísimo nivel, mostró lo mejor de su repertorio como líder de la gestación del ataque, se asoció muy bien con sus compañeros, marcó el 1-0 a los 10 minutos y asistió a Matías Suárez con un exquisito pase a los 22. Un partido completo para el 10.
Por su parte, Enzo Pérez, quien superó el Covid-19 y no había podido estar en los últimos cuatro juegos, se adueñó del medio campo desde el saque inicial. Con presencia, ímpetu, claridad para jugar e inteligencia para marcar, el volante central demostró todo lo que gana River con su presencia en el campo de juego. Más allá de que Leonardo Ponzio había cumplido con creces, el volante mendocino dejó en claro que es una pieza fundamental.
La historia contra Arsenal tiene tintes difíciles de explicar. El Millonario intentó abrir el marcador por todas las vías durante la primera mitad. Desbordes constantes por las bandas, juego centralizado, asociaciones rápidas, pelotazos cruzados, remates de corta y larga distancia, centros al área, córners. pero no pudo derrotar la valla del arquero Maximiliano Gagliardo. Según los números de Opta, tuvo 32 remates (10 en dirección del arco), hizo 659 pases, envió 31 centros al área, contó con 11 córners y tuvo un 76,4% de posesión.