El flamante DT sostuvo que «se dijeron muchas tonterías» sobre su salida del Ciclón y le tiró un palazo a Julio Lopardo. Además, aseguró que el diálogo con Riquelme comenzó tras la eliminación.
Después de mucho palos en la rueda e idas y vueltas que dificultaron las negociaciones, Miguel Ángel Russo finalmente fue presentado oficialmente como nuevo entrenador de Boca para encarar su tercer ciclo en el club, cuya última Copa Libertadores fue bajo su mandato.
Y aunque la emoción de volver a «su casa», según dijo Juan Román Riquelme en su introducción en la sala de prensa, se apoderó de la escena, el experimentado DT no quiso dejar pasar la oportunidad para tirarle un palazo a la dirigencia de San Lorenzo.
«Se han dicho muchos tonterías. Muchos presidentes que han sido futbolistas saben cómo manejarse, que es de pronto muy distinto a uno que no lo fue», disparó Russo, en un claro mensaje dirigido a Julio Lopardo y los directivos del Ciclón que se encargaron de gestionar su salida por la licencia de Marcelo Moretti.
En ese sentido, sobre los rumores de que empezó a gestarse su llegada a Boca antes de que San lorenzo jugara las semifinales del Torneo Apertura con Platense, aclaró:»Boca apareció después de que yo quede eliminado con San Lorenzo, no aparece antes. Para que tengan idea y tengan norma de los códigos del fútbol».
Y el bombazo de Russo tiene que ver con las declaraciones recientes de Lopardo, quien lo acusó de haberse manejado de manera incorrecta (por no haberle comunicado a tiempo su deseo de rescindir) y supo decir que «si va a Boca me daré cuenta que no me dijo la verdad».
«Se habló del diálogo, de las formas… siempre hablamos de fútbol con Román. Hemos mantenido una relación propia de la gente del fútbol. Por ejemplo, Belloso.Tienen los mismos códigos que tengo yo. Son gente del fútbol», amplió Miguelo, marcando la diferencia con otros presidentes y haciendo hincapié en que nunca perdió el diálogo con Riquelme más allá de las conversaciones para su vuelta.
De hecho, no es un dato menor que Russo se vio forzado a ceder a las pretensiones de San Lorenzo y debió pagar alrededor de 500 mil dólares, a los que se le descontaron los 150 mil de la deuda que el Ciclón tenía con él, para poder rescindir su contrato de manera anticipada. Las cosas no terminaron bien y lo dejó en claro.