El acusado aceptó declarar en la causa por el intento de magnicidio a la exvicepresidenta Cristina Kirchner y manifestó: «Me cargué una mochila en la cual traté de pagar el precio de lo que otros no hicieron”.
Fernando Sabag Montiel declaró en la causa por el intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner y admitió haber querido matar a la ex vicepresidenta porque es «corrupta, roba y hace daño a la sociedad», además de asegurar: «Cualquier persona siente lo mismo que yo».
Este miércoles arrancó el juicio en el que se imputó a Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo, conocidos como la «Banda de los Copitos», por tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego.
Para su desarrollo, se entrevistarán a casi 300 testigos, entre los que se encuentra la propia Cristina, quien además es querrellante de la causa. Se espera que el juicio llevado adelante por la jueza Sabrina Namer se extienda entre seis meses y un año, debido a la alta cantidad de testimonios.
El imputado de 37 años, que reconoció responder a los apodos de «Nando, Teddy, Nana y Negro», reveló tener «estudios terciarios completos», pero al ser preguntado sobre qué estudió respondió: «Ingeniería industrial en la UBA», aunque informó haber dejado la carrera a los primeros dos años. Además, aseguró trabajar como remisero al momento de ser detenido.
Previo a meterse de lleno en el momento del atentado, término que él mismo emplea para referirse al hecho, el declarante de nacionalidad brasilera se refirió a su vínculo con Brenda Uliarte, otra de las acusadas por el hecho. “La relación con Uliarte tiene ya fecha de siete años, si bien éramos amigos con derechos, la relación entre ella y yo empezó un mes antes del atentado, no se podría tomar como un noviazgo serio”, expresó.
Además, agregó: «Nunca compartimos aficiones políticas. Ella tiene una posición con respecto a los libertarios, yo soy apolítico antes que nada”.
En cuanto al atentado en sí, Sabag Montiel aseguró que el fin de cometer el acto tuvo «un tinte personal, más que un fin que pueda beneficiar a algún sector político”. “Más que personal es algo de interés público. Tiene que ver con que yo soy el resultado de muchas fallas de la Justicia”, reconoció el imputado y añadió: “Si bien es por decisión propia, también es porque una parte de la Justicia argentina no funciona, entonces me cargué una mochila en la cuál traté de pagar el precio de lo que otros no hicieron”.
Más adelante, al ser consultado sobre el fin del atentado, el imputado sobró: «Es claro, se contesta sola la pregunta», y después agregó: «Matar a Crsitina. Yo la quería matar y ella (en referencia a Uliarte) quería que muera».
La declaración de Sabag Montiel.
Respecto a esa última aclaración, Sabag Montiel explicó: «Nunca le di el arma diciendo ´hacelo vos yo no puedo´. Ella quería ser más una espectadora del momento que una partícipe».
Asimismo, señaló querer matar a la entonces vicepresidenta porque es «ladrona, asesina, porque llevó a la Argentina a la inflación. Además mencionó: «Yo en lo personal me sentí humillado de haber sido una persona que tenía un buen pasar económico a ser un vendedor de copitos».
En línea con eso, reconoció haber ido una vez a la puerta de la casa de Cristina previo al atentado «a vender copitos» y a «estudiar el panorama». «Fui a estudiar la forma en la que iba a perpetrar el atentado, que las condiciones estén favorables para hacerlo», explicó.
No obstante, después corrigió: «En el momento mismo se prevee si ago es favorable o no. Si yo veo que una persona está en un estado de indefensión puedo actuar, sino no».
Asimismo sumó: «Hubieron (sic.) factores que me frenaron, que es que había una nena de siete años al lado mío cuando estiro el brazo. Hay cosas que a uno en la cabeza le quedan».
Por otra parte, el detenido acusó a Brenda Uliarte y a Gabriel Carrizo de recibir plata para «autoincriminarse» para «agravar la causa». Y negó que haya habido una organización entre los tres para matar a Cristina, como se señaló, haciendo referencia a la «banda de los copitos», integrada por Sabag, Uliarte y Carrizo.
Asimismo, el acusado aseguró que su vínculo con Carrizo era meramente laboral y sin «interés político».