Una cena de egresados y un acto de colación de quinto año hizo notar que Gala Cancinos sigue en la memoria de muchas personas. El Influencer dialogó con el fiscal que lleva el caso, que sigue estancado con varias líneas de trabajo.
La cena de egresados de la Promoción 2.020 del Colegio Belgrano fue, por muchos motivos, especial. Porque fue una de las primeras cenas que se hicieron con protocolos de pandemia; porque se trata de una promo que sólo llegó a presentar su campera y el resto de las actividades usuales quedaron, como casi todo, suspendidas; y porque en la cena dos compañeros de Gala Cancinos la recordaron, aún a pesar de la mala cara que pusieron algunos padres, docentes y directivos del colegio.
Semanas más tarde los padres de la promo prepararon una sorpresa para los alumnos, que fue poner sobre una silla un gorro de egresados con el nombre Gala, en el medio del salón y delante de la primera fila de asientos.
Pero no hay noticias de Gala, nadie sabe dónde está, ni si la están buscando, y por eso desde El Influencer dialogamos con el fiscal que lleva la causa, Ramiro Ramos Ossorio, quien explicó que uno de los grandes problemas que tienen hoy fueron las malas medidas que se tomaron cuando comenzó la causa, como el resguardo de pruebas de cámaras de vigilancia, lo que complicó la búsqueda de la joven.
El fiscal explicó que a la fecha continúan abiertas tres líneas de investigación, que son las hipótesis más firmes que tienen, y son la desaparición, el suicidio y el asesinato. Tres hipótesis que no tienen una conclusión porque no hay pruebas suficientes para determinar alguna o descartarlas.
Sin embargo hay una cuarta que es la que menos sustento tiene y casi la que queda descartada, que es la de secuestro de alguna banda dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual, teoría que se leyeron en algunos medios y que alguna que otra personas gusta de desarrollar, aunque no tenga elementos para ello.
Si bien existe una recompensa a quien aporte datos certeros sobre el paradero de Gala, actualmente es de un millón de pesos, Ramos Ossorio indicó que recibieron muchos llamados, y la mayoría no arrojó ni una pista sólida, y aprovechó la oportunidad de remarcar que el número habilitado para brindar información (0800-333-5500) no debe ser usado para hacerle bromas a algún vecino, o para ajustar cuentas personales pendientes, como sucedió con muchos llamados, porque significa desperdicio de tiempo en recursos humanos y una pérdida económica.
Aunque a la vez señaló que hubieron muchos llamados de buena voluntad de personas que creyeron haber visto a Gala en algún lugar, pero finalmente se comprobó que la persona indicada no era la joven salteña.
Sobre las hipótesis que vienen trabajando Ramos Ossorio explicó que primero se hizo un análisis del perfil de Gala, los contactos con los que tenía más comunicación, tanto de Salta, de Argentina, Perú y España, por ejemplo, las cámaras de seguridad e incluso su teléfono celular, que no tenía consigo en el momento de su desaparición porque se lo habían robado, o lo había perdido, pero que pudo ser recuperado en otra causa y por eso se pudo acceder a los datos del teléfono.
De todos esos análisis surgieron varias investigaciones y ninguna es concluyente, hasta el momento, para invalidad alguna de las hipótesis.
Lo concreto es que la causa sigue abierta y todavía no sabemos qué pasó con Gala, pero albergamos la esperanza de que aparezca sana y viva, con el nombre que sea.