La secuencia de duras críticas comenzó el miércoles en la sesión del Concejo Deliberante Capitalino cuando la edil Romina Arroyo puso en evidencia el cuestionable criterio de la Jueza de retirar la custodia policial a una víctima de violencia. En el Senado, Manuel Pailler fue en el mismo sentido.
Durante la sesión de la Cámara Alta, el senador Manuel Pailler, pidió el aporte de todos los sectores para luchar contra la violencia de género, solicitando que la «Justicia debe poner de su parte».
Hizo referencia a lo expuesto por la concejal Romina Arroyo el pasado miércoles cuando cuestionó el criterio la jueza de Violencia Familiar y de Género del Distrito Judicial del Centro, Mónica Adriana Naranjo, quien además de retirar la custodia policial a una víctima de violencia dio aviso de esa decisión al agresor denunciado.
El senador por el Departamento San Martín indicó que con lo sucedido “parece que está defendiendo los derechos del victimario y no de la víctima”.
Desde el Poder Judicial, en tanto, se difundió que en la causa que se tramita la jueza de Violencia Familiar y de Género 2 Mónica Naranjo y el abogado de la víctima solicitaron el «cese del régimen de la custodia personalizada».
Detallaron también que el defensor argumentó que su representada tiene «una vida vigilada» y que habría perdido «toda su forma de vida social, familiar y laboral».
Al resolver en el caso, la jueza dispuso el pasado 20 de noviembre «el cese de la custodia personalizada». El Poder Judicial comunicó que se ordenó custodia policial fija hasta la entrega de un botón de pánico» u otro dispositivo apto para la efectiva protección de la víctima».
Romina Arroyo manifestó su malestar por el tema el miércoles, en el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. «Las mujeres estamos muriendo todos los días por un caso de femicidio y, sin embargo, la Justicia demora mucho tiempo con las causas, no hay botones antipánico, el personal policial no está preparado como corresponde para atender estos casos», sostuvo.
La legisladora también planteó que, en estos casos, la consigna policial debería asignarse al agresor y no a la víctima. Consideró que lo contrario es cargar a la víctima con el mayor peso mientras el agresor puede seguir haciendo su vida normalmente.