El can marcó exhibió un comportamiento compatible con la presencia de estupefacientes y marcó un asiento: al desarmarlo, encontraron 6 paquetes con cocaína en su interior valuados en casi 100 mil dólares.
Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas evitaron el contrabando de casi 7 kg de cocaína. La droga era transportada en un micro de pasajeros con matrícula boliviana que intentaba ingresar a Argentina por el paso fronterizo internacional de La Quiaca.
Cuando el colectivo llegó al puesto de la Aduana el personal del organismo comenzó con las inspecciones habituales y decidieron utilizar un método no intrusivo de control: el escáner aduanero. Las imágenes revelaron la presencia de bultos anómalos en el interior de los asientos.
En ese marco, los agentes continuaron con la fiscalización del rodado y convocaron a un binomio aduanero (guía-can). Justamente, cuando Tyson realizó un recorrido de búsqueda en el interior del vehículo, se detuvo en unos asientos, exhibiendo un comportamiento compatible con la presencia de estupefacientes y/o divisas.
El personal de la Aduana decidió desarmar el respaldo de los asientos marcados por el can y encontró nada menos que seis paquetes envueltos en cinta negra. Tras realizar el narcotest de la sustancia contenida en el bulto confirmaron que se trataba de 6.628,12 gramos de cocaína. Los agentes aduaneros informaron a la Unidad Fiscal Federal de Jujuy del procedimiento y secuestraron el total de la droga, cuyo valor asciende a USD 99.421,77.
Cabe destacar, el ladrillo de cocaína tenía la figura de un delfín en bajorrelieve. Este tipo de símbolos suelen ser usados en el narcotráfico para indicar tanto qué cartel produjo los estupefacientes como la pureza de la droga.