Alto Guiso

Una historia de salteñas y salteños llenos de miseria

Nada puede mostrar más las miserias humanas que un acto de solidaridad: Se ve en donaciones de ropa rota, calzados sin su par y en donaciones de comida.

Esta historia no es más que la muestra de cómo una acción solidaria puede hacer ver la miseria de ciertas personas que no conocen de empatía, ni de solidaridad y tampoco tienen mucho drama en mostrarse así.

Gabriela Obeid hace ya algún tiempo que organiza lo que dio en llamar “Un plato caliente”, son cenas, una vez por semana, de excelente calidad a personas en situación de calle.

Para algunos que tienen muchos o algunos privilegios es necesario explicar que una persona en situación de calle es una persona que vive, literalmente, en la calle, y eso se complica por las noches porque duermen donde pueden y a la interperie, o sea, si hace frío se enfrían, si llueve se mojan y así.

Quizás algunas de las personas que veremos tampoco lo entiende, pero no se puede explicar de mejor manera para quienes no tienen empatía.

Volviendo al asunto, Gabi hace algunas semanas puso como menú un guiso de lentejas, y como no se puede esperar menos de ella en los ingredientes le pone de todo, y eso incluye, claro, panceta y chorizo colorado, porque ella les cocina siempre como si lo haría para ella misma, sin mezquindad, sin reparos, porque ella quiere llevarles platos ricos, calientes, para que esas personas coman bien, se alimenten (porque comer no es lo mismo que alimentarse), calienten su cuerpo y sientan que en esos platos va también el cariño de muchísima gente que hace su aporte para que eso pueda suceder. Y ojo, los aportes son algunos en mercadería y otros en dinero, mucho o poco, lo que quiera o pueda poner cada persona, y otros colaboran llevando la comida, sirviendo, ayudando a cocinar, una gran cadena solidaria que se traduce en cientos de excelentes platos de comida por semana, para personas que acaso comen una sola vez al día y solo lo que pueden conseguir, porque no tienen muchas opciones.

La cosa es que para esa semana alguien con buena voluntad compartió en Facebook el pedido de los ingredientes para cocinar, y lo hizo en un grupo privado que se llama “Mercado Libre Salta” que tiene 343.772, un gran número de personas, sin lugar a dudas, y como en todos lados, los miserables son noticia, y dan el toque de indignación que necesitamos para confirmar que aunque estas personas sean minoría, son los responsables de que como sociedad no seamos mejores.

Quien quiera puede entrar a ver la publicación en cuestión en el siguiente enlace https://www.facebook.com/groups/saltamercadolibre/permalink/2069897236512691/ pero solo podrán verla completa quienes sean miembros del grupo en cuestión.

Y aquí es donde viene el motivo de la indignación que me llevaron a escribir estas no tan breve líneas, y son algunos de los comentarios que les dejo a continuación, aclarando que no tengo el más mínimo interés de borrar los nombres de los responsables de esas atrocidades.

Esto debería ser sencillo, primero se pregunta de qué se trata, se verifica que sea real, Gabriela en los comentarios explica todo, hay una página de Facebook a la cual seguir (Por un Plato Caliente) y demás, y luego de eso si no se quiere ayudar de alguna forma podrían hacer uso de un sano silencio y no estorbar, o si quieren son siempre bienvenidos a hacer algo por alguien, que necesidades hay y muchas, no es necesario criticar todo, todo el tiempo, y mostrar su deshumanización.

Ah, ¿y saben qué pasó? Ese miércoles Gabi entregó 206 bandejas de guiso de lentejas (como la que ilustra esta nota), con panceta y chorizo colorado y además repartió 149 pares de zapatillas nuevas, en tu cara salteño apático.

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