En un escenario de crisis sanitaria y económica mundial, las empresas privadas fortalecieron su compromiso con la responsabilidad social y la sostenibilidad.
Este 2020, año golpeado por una pandemia sin precedentes y de la que ningún lugar del planeta estuvo ajeno, nos hizo dar cuenta de que muchos de nuestros pilares se derrumbaron y de lo vulnerables que podemos ser, pero también nos demostró la capacidad de activación y la necesidad, en algunos casos, de convertirnos en actores proactivos de recuperación del desarrollo social.
Sin dudas, este contexto dificultoso dejó al descubierto y agudizó problemáticas económicas y sociales de larga data: la escasez de recursos, la falta de agua, el crecimiento demográfico, la desigualdad, la pobreza, el deterioro del ecosistema, entre otros, y que lamentablemente se han profundizado, golpeando de la manera más cruda a las comunidades más vulnerables. En este marco, empresas con conciencia de responsabilidad social, se pusieron en marcha para ayudar a los que más necesitan.
¿Cómo encaran las empresas y organizaciones esta nueva realidad, desde la sustentabilidad?
Al cumplirse un año de la pandemia y con un panorama incierto, empresarios de distintos rubros y sectores buscan reactivarse. Lo hacen con una mentalidad distinta, readaptándose a la nueva normalidad, empáticos y con la certeza de que este es el momento donde la sustentabilidad cobra mayor valor. Las empresas no han sido ajenas al desastre económico de la Covid-19 y, sin embargo, continuaron su trabajo enfocadas en acciones sociales. Muchas apostaron a la redefinición de la sustentabilidad a largo plazo, mantuvieron y reforzaron sus planes de apoyo a la comunidad y actuaron, a su vez, en la contingencia.
Las grandes organizaciones, principalmente, readaptaron sus programas de RSE, donde la inclusión y la digitalización fueron claves para acciones sostenibles y se incluyeron en una agenda que seguramente, a partir de ahora, se sostendrá a través del tiempo.
“Conceptos como el de sostenibilidad y el de responsabilidad social se vuelven imprescindibles para enfrentar una pandemia como la del coronavirus como sociedad”, indica Julián D’Angelo, director ejecutivo del Cenarsecs, un centro de Estudios de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, dedicado a impulsar la sustentabilidad empresaria.
Empresas involucradas con su comunidad – Ejemplos del NOA
• Seaboard Energías Renovables y Alimentos (ex Tabacal), es el complejo agroindustrial más grande de la provincia de Salta. Sus acciones durante la pandemia estuvieron enfocadas en su entorno principalmente, con donaciones de miles de litros de alcohol en gel, cantidad de barbijos y equipamiento de alta complejidad para el hospital cabecera.
• Otro caso regional, es el de Arca Continental (Coca Cola), que acompañó al equipo médico con hidratación; donaron envases vacíos para elaborar máscaras de protección; alcohol para sanitizante; logística para colaborar en la puesta a punto del hospital Papa Francisco. La empresa también desarrolló una plataforma para el apoyo a kioscos y almacenes: con ayuda económica y de manera digital, fueron capacitados para mejorar la gestión de sus negocios y afrontar esta pandemia sin cerrar sus puertas. También se los capacitó junto al Observatorio de la Mujer para sensibilizarlos en su rol social y cómo prevenir la violencia de género en su entorno.
• Bajo el mismo concepto, en el contexto del COVID-19, CCU, una de las compañías de bebidas más importantes del país, elaboradora de las cervezas Salta, Schneider, Heineken, Miller, Imperial, entre otras, entregó más de 100 mil kilos de alimentos en distintas ciudades del país, que beneficiarán a más de diez mil familias; apoyó a los sistemas de salud con cuarenta camas de internación y mil elementos de protección personal como gafas y mascarillas de protección, donados a Salta, Santa Fe y algunas localidades de Buenos Aires. Además, Cerveza Salta decidió colaborar con uno de los sectores más golpeados por el contexto de aislamiento, que es la gastronomía, y donó más de 2 mil cajones de cerveza a más de 100 bares referentes de cada ciudad.
• Otro ejemplo para destacar es el de Banco Macro que, mediante acuerdo firmado con el Ministerio de la Producción del Gobierno de Salta, realizó un pozo de agua para el hospital de Tartagal, con una inversión de más de $10 millones de pesos. También aportó recursos económicos y administrativos al Fondo Solidario para la lucha contra el COVID-19 Salta, iniciativa que incluye a otras empresas y cuyo dinero se utilizó para la compra de insumos médicos y mercadería en general.
Macro continuó, además, con la asistencia a organizaciones sociales que se desempeñan localmente, como Dirección de Becas UCASAL, Fundación Baccigalupo, Fundación Sí -residencia Salta-, Fundación Anpuy, Fundación Serafin, y Equinoterapia del Azul. Realizaron donaciones específicas al Hospital Público Materno Infantil con 20 collarines, y a Fundación Anpuy, con bolsones alimentarios para las familias de los 20 ahijados que el banco tiene en dicha institución. También se realizaron acciones para acompañar y facilitar los trámites bancarios de los clientes.
• Por su parte, Telecom redobló su esfuerzo para promover el desarrollo de competencias y habilidades digitales por parte de la comunidad.
De manera virtual, a través de múltiples pantallas, llegó a los hogares de más de 13.000 personas, con actividades, capacitaciones, programas y herramientas para fomentar una vida más digital. La compañía también acompañó a la sociedad con distintos aportes vinculados a la salud, la educación, la asistencia social y la prevención, por un monto que supera los 250 millones de pesos, brindó conectividad y bonificó servicios a más de 500 hospitales y centros de salud en todo el país; bonificó el servicio en más de 11 mil establecimientos educativos.
• La empresa Ledesma brinda servicios y productos esenciales, como el azúcar, alcohol, bioetanol, papel, frutas, jugos, carnes y cereales. Por ello, no interrumpió su actividad durante la cuarentena. Rápidamente la compañía elaboró más de 20 protocolos sanitarios con supervisión de especialistas médicos contratados para tal fin, para cuidar la salud de los trabajadores. Desde el área de Responsabilidad Social Empresaria dieron prioridad a cuidar la salud y acompañar a la comunidad con los productos que la compañía produce. Todo el trabajo en educación se pasó a la virtualidad, como lo fue el programa de Innovación y Tecnología que migró todos sus cursos y con ello no sólo mantuvo el dictado de clases, sino que triplicó la matrícula de inscriptos. A través del Centro de Visitantes Ledesma, lanzaron las revistas digitales educativas #YungasenCasa, junto a Fundación ProYungas y «Belgrano y su paso por Jujuy», junto al Instituto Belgraniano de Jujuy. Además, por medio del Club Atlético Ledesma se brindaron charlas virtuales sobre prevención y abordaje de las adicciones para referentes sociales y deportivos.
La pandemia y el virus finalizarán, y lo que no sabemos es cuando. Es por ello que es y será fundamental un trabajo intenso, que requiere de alianzas concretas de todos los sectores privado/público/ONG. Los casos que detallamos más arriba representan solo un ejemplo de cómo trabajar en conjunto, en pos de adecuarse a estas realidades, mitigar los impactos y cocrear un mundo más sostenible para las generaciones actuales y fundamentalmente, las futuras