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Edgardo Esteban: «Los excombatientes no somos ni víctimas ni héroes»

Edgardo Esteban nació en Haedo un 20 de junio de 1962. Es un periodista argentino, escritor, guionista y veterano de la guerra de Malvinas. Es conocido por su labor periodística y su militancia política por los derechos humanos en la causa de la guerra de Malvinas, lo que le valió ser premiado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el Premio Azucena Villaflor en el año 2012. Es autor del libro Iluminados por el fuego que relata su experiencia en la guerra y que fue llevado a la pantalla grande por Tristán Bauer en 2005; y de Tres golpes en la ventana, reciente novela que gira en torno a la proscripción del peronismo en el `55 y su entrelazamiento con el conflicto bélico. Actualmente es director del Museo de Malvinas.

En una nota que leí decís que escribís para “exorcizar fantasmas”. ¿Por qué elegiste la escritura literaria como forma de resistencia?
En realidad no sé si soy escritor. Uno mira referentes, como Roberto Arlt, Rodolfo Walsh u Osvaldo Soriano, pero yo soy más un hombre de radio o de televisión. Sí cuando necesito contar historias el papel y la letra son un buen refugio y hay momentos para eso. Con Iluminados por el fuego fue en el ´83, cuando volví de Malvinas, en el ´85 empezamos a escribir y el libro finalmente sale en el ´93. Esta última novela la empiezo a escribir cuando se cumplieron 50 años del asesinato de mi viejo en mi casa, delante de mis hermanos. Yo sentía que Malvinas durante muchos años lo había tapado todo, y esta fue la oportunidad de sacar esos ladrillos que tenía ahí como una pared. Y salió esta novela, que es hermosísima, y narra desde que mi abuelo, un anarquista español, que viene a la Argentina escapando de la persecución franquista hasta el presente, pasando por el asesinato de mi papá, Malvinas y cuando el intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot le puso el nombre del asesino de mi padre a una calle. Es toda una línea transversal de la historia que nos tocó mucho.

En tu nuevo libro ponés en relación dos tiempos históricos: la proscripción del peronismo en el ´55 y la Guerra de Malvinas. ¿Desde dónde ves esta relación?
Yo traté de que Malvinas sea una cuestión complementaria, el foco es la resistencia del ´55 y las internas de ese proceso. El retorno de Perón, la proscripción del peronismo y mi viejo que muere en medio de esas internas del peronismo. Mi papá tenía la mirada transformadora de la juventud, la misma del Mayo Francés o del Cordobazo, y la que termina con la llegada de Perón en el ´73 con la masacre de Ezeiza, y que luego va a desembocar en la Triple A y López Rega. Es un debate de un tiempo previo al que se desconoce, me refiero a ese momento previo a la llegada de Perón que desenmascara toda esta grieta que tenemos actualmente y que pasa por Malvinas.

Abordás diversos procesos históricos desde una historia familiar y propia, utilizando la literatura como medio de expresión. ¿Creés que eso posibilita cuestionar el discurso que se trata de imponer desde la historia oficial y los medios hegemónicos?
Yo creo que sí. García Márquez, Roa Bastos, Cortázar, Benedetti, Galeano, Octavio Paz y tantos otros escritores latinoamericanos cuentan pequeñas historias familiares que se meten de lleno en los procesos históricos de sus países y que proponen un debate de las situaciones que nos pasan. Iluminados por el fuego fue un libro necesario para el debate acerca de qué nos pasó en Malvinas, las secuelas, los suicidios, el estrés postraumático. Fue necesario para humanizar la guerra, para entender los lugares de las familias de las víctimas. Y ahí cobra importancia el debate ético que se debe el periodismo, hoy veo mucha especulación corporativa que no nos permite trabajar por la verdad. El periodismo no está para manipular la información, sino para informar y salvar vidas.

Tu libro arranca con el relato del asesinato de tu viejo. A tu papá, que fue parte de la resistencia peronista, lo matan en tu casa en el ´72 y tu mamá quedó con vos y tus dos hermanos, y tuvo que pelearla. ¿Cómo viviste ese “ponerse al hombro” a la familia por parte de tu vieja, esa fortaleza que sólo una mujer puede sacar de adentro?
El tema del género es un tema fundamental. Creo que la mujer por estos días está marcando una revolución y una transformación sin precedentes con la Ley del Aborto, el ni una menos, o las denuncias de violencia de género. En aquellos días, nuestras mamás eran las que lavaban, cocinaban y planchaban, veían Rolando Rivas, taxista o leían Corín Tellado. Mi mamá, como consecuencia de esa tragedia, tuvo que salir a trabajar para buscar el sustento para sus hijos, y ahí conoció otro mundo que desconocía. Salió a militar y a hacerse cargo de la unidad básica.

En el 2012 recibís por parte de Cristina nada más y nada menos que el premio Azucena Villaflor. ¿Qué cambió con el kirchnerismo en relación a la política de derechos humanos y el tema Malvinas?
Cristina el 2 de abril del 2013, en un acto en Puerto Madryn dijo “la patria es el otro”, ese es un cambio de paradigma. También lo cambia cuando en el 2013 anuncia la construcción del Museo de Malvinas en el Sitio de la Memoria y lo suma a ese relato de lo que fue la dictadura cívico-militar, más allá del reclamo de soberanía. Se trata de transmitir la memoria de Malvinas como parte de una pedagogía.

¿Considerás que los veteranos de guerra son héroes de la patria o víctimas de una dictadura infame?
No somos ni víctimas ni héroes, fuimos ciudadanos que hicimos lo mejor que pudimos, queremos reconstruir una identidad, buscamos ese respeto de la sociedad. Uno lo que trata, como decía Rodolfo Walsh, es dar testimonio en tiempos difíciles. Por eso es muy importante la memoria, contar no sólo la gesta, sino también los errores que figuran en el informe Rattenbach (informe sobre Malvinas que tiene los testimonios de los soldados que participaron en la guerra), del que se arrancaron hojas y se destruyeron partes, particularmente las que hablaba de Astiz. Nuestro faro es el de las Abuelas y las Madres: que haya verdad, memoria y justicia y que podamos avanzar en la recuperación de nuestra soberanía sobre el camino de la paz. La guerra es un procedimiento por el cual hombres que no se conocen se ven obligados a matarse por hombres que sí se conocen y no se matan. Yo no creo en los héroes, creo en la gente de carne y hueso que tienen sus miedos, su hambre, su nostalgia. Lo importante es la construcción de este relato colectivo. Hablar de soberanía no es hablar de los actos de súper heroísmo en un desfile militar. Tenemos que hacer soberanía hablando de la base militar inglesa en Malvinas, marcando lo que es el imperio y el colonialismo en nuestra región, contar cuál es la nueva perspectiva del Reino Unido al salirse de la UE y que su principal inversión es acá, en más de 2 millones de KM cuadrados, los mismos kilómetros por los cuales Macri decía que no había que preocuparse porque generan pérdida. Hay palabras que hay que debatir todavía, como la palabra héroe, patria, nación. Son palabras nuestras, no son castrenses, y como tales las tenemos que sentir y hacer de ese relato una construcción colectiva.

Podes escuchar la entrevista completa aquí:

Por Lucas Bertone para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7

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