Corría el año 1987 y allá lejos, en el oeste del gran Buenos Aires, ese 22 de diciembre, fallecía Luca Prodan, uno de los músicos y personajes más influyentes en la historia del rock nacional, fundador de la mítica banda Sumo.
Tras la muerte de Luca, todos los integrantes de Sumo quedaron desorientados. Integraban esa banda el fallecido Luca Prodan, Germán Daffunchio, Diego Arnedo, Ricardo Mollo, Alberto Troglio y Roberto Pettinato.
Ricardo Mollo y Diego Arnedo (bajo) deciden entonces conformar una nueva banda que, en sus inicios, se llamó “La División”, junto a Gustavo Collado en la batería. A partir de junio de 1988 comienzan a tocar temas propios y alguno que otro de Sumo en los bares y pubs de Flores, El Palomar y Hurlingham, entre otros barrios.
Debido a sus “raíces” musicales, Divididos siempre ha sido una banda de rock pero también ha demostrado de sobra que sus músicos son muy abiertos para fusionar su esencia rockera con otros estilos, tales como el reggae y, principalmente, el folklore argentino.
Han grabado ocho álbumes de estudio y 3 en vivo. Si bien no es una banda muy prolífica en cuanto a la cantidad de álbumes, puede decirse que cada trabajo que sacaron ha contribuido de manera vital en la consolidación del rock argentino. Todos sus álbumes guardan algún “hit”, siendo tal vez los más reconocidos “El 38”, “Ala delta”, “Sisters” (Acariciando lo áspero), “¿Qué ves?”, “Salir a comprar” (La era de la boludez) y varios otros más. Particularmente, creo que uno de sus mejores álbumes es justamente “La era de la boludez” (1992), disco que denota la tremenda solidez de este power trío, además de haber sido producido por G. Santaolalla y grabado en EEUU.
Musicalmente hablando, como dijimos recién, es un trío de rock y esa formación requiere siempre que sus tres músicos sean muy buenos y que a la hora de “pelar” sean muy completos y muy sólidos en la ejecución de los instrumentos. Eso, Divididos, lo demostró siempre.
En cuanto a las letras, podríamos decir que tienen, como las de algunas otras bandas de rock, cierto hermetismo pero a la vez, mucha, muchísima calle recorrida, mucho charquito de la vereda. Sus letras tienen un estilo metafórico muy particular. Por ejemplo, en un tema llamado “Pepe Lui” (sí, sin la s al final de Lui) dice en su letra: Va Pepe Lui/ Por la estación Eduardo VI/ Va pepe lui/ Con bocho de radio grabador/ La suspensión que el pelo pide al caminar/ Resortes de un andar/ clavado en los setenta.
Y otra cuestión fundamental para rescatar es que en esas fusiones musicales siempre tuvieron presente al folklore, a la zamba, a la chacarera. Tal vez, y solo tal vez, por cierta influencia del padre de Diego Arnedo (don Mario Arnedo Gallo, santiagueño, cantante y compositor de folklore; “La flor azul” es de su autoría); tal vez, y sólo tal vez, por influencias familiares de Ricardo Mollo (su hermano mayor, Omar, cantaba tango y folklore en sus inicios; luego fundó la agrupación MAM)
En fin, Divididos, una de las pocas bandas realmente de rock que hoy subsisten en el mercado de la música nacional, ha sabido plantarse como tal y ha transitado y lidiado con la muerte de una figura exponencial en el rock argento, ha sabido conciliar su estilo de power trío con las “necesidades” de las empresas discográficas, ha sabido fusionar el rock con el folklore, gracias (creo yo) a la inteligencia y sensibilidad social de sus integrantes. ¿Un ejemplo de sensibilidad? Dicen que Ricardo Mollo, cuando Gustavo Cerati estaba postrado y en estado de coma, iba a visitarlo a la clínica y llevaba una guitarra para cantarle.
Escuchemos, a propósito del Día de la Tierra, un tema de Divididos denominado “Cristófolo Cacarnu”, tremendo homenaje a la madre tierra y sus pueblos originarios.
Por Nelson Coronel para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7