El Gobierno decidió abstenerse porque ese foro regional ratificó su reconocimiento diplomático a Juan Guaidó como Presidente, en lugar de Nicolás Maduro.
Argentina no apoyó una declaración de la Organización de Estados Americanos (OEA) que reclama elecciones libres e independientes en Venezuela y que cuestiona la “usurpación de poderes” por parte del régimen de Nicolás Maduro. Al mismo tiempo avala la presidencia interina de Juan Guaidó, que Alberto Fernández no reconoce.
La declaración fue aprobada por 21 votos a favor, 4 en contra y 9 abstenciones. Argentina se abstuvo junto a Barbados, Belice, Granada, Guyana, México, San Cristóbal, Surinam y Trinidad Tobago. En cambio, Brasil, Uruguay y Paraguay, los socios del país en el Mercosur, votaron que Maduro garantice la transparencia de las elecciones del próximo 6 de diciembre.
Estados Unidos también exigió al régimen de Maduro que los comicios sean libres y transparentes.
La OEA condena “las acciones del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro que socavan el sistema democrático y la separación de poderes, por medio del control del Tribunal Supremo de Justicia y usurpando las funciones constitucionales de la Asamblea Nacional de legislar en materia electoral y designar a los miembros del Consejo Nacional Electoral”.
El proyecto de la OEA advierte también que “el reconocimiento de las elecciones a la Asamblea Nacional de Venezuela dependerá del establecimiento de las condiciones necesarias de libertad, justicia, imparcialidad y transparencia, garantizando la participación de todos los actores políticos y de la ciudadanía, la liberación de los presos políticos, con plazos razonables para su celebración y que cuenten con observación electoral internacional independiente y creíble”.
También la iniciativa que fue promovida por Uruguay, Ecuador, Perú, Costa Rica, Canadá, Bolivia, Canadá, Chile, Brasil, Estados Unidos, Guatemala, Paraguay y Venezuela, representada por Guaidó, también sostiene que las acciones de Maduro “comprometen de manera clara las condiciones mínimas para garantizar la celebración de procesos electorales democráticos, de acuerdo con los estándares internacionales”.
Al adelantar la posición de la Argentina el canciller Felipe Solá había expresado ante el plenario de la OEA que “la Argentina va a denunciar la violación de todos los derechos humanos donde sea y sin distinciones” como lo hizo en Venezuela y también en agosto pasado en Bolivia. Pero cuestionó también la “imposición de bloqueos económicos” en Caracas al igual que en Cuba que “terminan perjudicando a los pueblos y a los más pobres”.
El canciller argentino reafirmó que el gobierno de Alberto Fernández apoyó el informe de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas que denunció graves violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Maduro y reclamó que se instale una oficina en Caracas de ese órgano de la ONU para seguir avanzando en las investigaciones en Venezuela.
Sin embargo, inmediatamente arremetió contra el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, al exigir que “debe actuar en concordancia” con la acción de los órganos políticos del organismo internacional que preside para promover las relaciones económicas, políticas, culturales y jurídicas. Solá fue tajante en este punto: para la Argentina Almagro “no cumple con ese mandato ya que se opta por posiciones personales que terminan alimentando el problema al que se debe solucionar”.
Los cuestionamientos del canciller argentino a Almagro están relacionados con la decisión del secretario general de la OEA de avanzar una vez más en una resolución que denuncia “la carencia de condiciones democráticas mínimas, para garantizar elecciones libres, justas y transparentes en la Venezuela” que cuenta con el aval al presidente interino de Juan Guaidó que la Argentina no reconoce como tal.
De hecho, en su exposición, el canciller Solá lamentó que la Argentina no haya sido incluida en las negociaciones de ese proyecto de resolución relacionado a Venezuela.