La Colinas

Barrio La Colina, una estafa que no para

El barrio La Colina parece ser una muestra que en Salta la Justicia, o parte de ella, no actúa como debiera y cualquiera, en este caso una persona, puede estafar a quien quiera sin temor a represalias.

Verónica Saravia es la figura central en esta historia de estafas reiteradas, ya acumula 40 denuncias, y aún así el juez Antonio Pastrana y la fiscal María Eugenia Guzmán, mantienen la causa en una pausa que sorprende.

Pero Saravia no está sola, trabaja en el barrio con la impunidad que le da tener punteros que la secundan y resguardan de sus fechorías, hay incluso quienes dicen que ella es referente barrial de Walter Wayar y ahí es de donde viene el padrinazgo judicial que parece ampararla.

Hace algunos años Saravia recibió como herencia unos terrenos donde está el barrio La Colina, pero en el año 2010 firmó una escritura traslativa de dominio en favor de José Brandán, actual propietario de los terrenos en los que constituyó un fideicomiso bajo el nombre de Balcones de La Candelaria, tal como lo confirmó Ángel Sarmiento, administrador de ese fideicomiso.

La última página de la cédula parcelaria del terreno, a la que accedió El Influencer, confirma que la propiedad del mismo es de Brandán.

Pero a Saravia parece no importarle que el dueño de esos terrenos sea otro, porque a lo largo del tiempo fue vendiendo lotes a personas que se vieron afectadas en su buena fe. Muchas de esas personas dejaron de pagar las cuotas pactadas con Saravia al enterarse de la estafa y sufrieron los ataques de la vendedora, quien demuele las construcciones, incluso la acusan de haber incendiado una vivienda para sacar del lote a la familia, amedrenta a las personas con sus punteros, abre calles a su antojo, tira alambrados, hace desalojos por la fuerza y vuelve a vender. Algunas familias ahorraron y pagaron el terreno de contado y hoy se ven imposibilitadas de escriturar a causa de esa estafa.

Hay familias, como la que defiende la abogada Antonieta Plaza, quien en diálogo con El Influencer comentó que al tener un boleto de compraventa y capacidad de demostrar que tienen 10 años viviendo en el lugar, pagando servicios y teniendo el sitio en buenas condiciones, iniciaron un juicio y son sujetos que tienen derecho a que se escriture el terreno a su nombre, a pesar de haber comprando el lote a una persona que no es la legítima propietaria. La figura legal es la posesión continua. En esta situación hay unas 15 familias.

Al respecto Sarmiento aclaró que las personas que ya llevan 10 años en el lugar y que están en condiciones de que se les regularice la situación, con intervención judicial, no están en el plano del fideicomiso que está para ser aprobado por la Municipalidad de Salta, que son unos 170 lotes.

“Saravia crea en el barrio una situación como si fuese el lejano oeste, avanza sobre las propiedades, amedrenta a los vecinos, la policía no resguarda a las familias porque la fiscal del caso no actúa en consecuencia”, señaló la abogada Plaza, quien agregó que no se entiende “por qué la fiscal, María Eugenia Guzmán, no lleva adelante las medidas de protección hacia las personas, las familias”.

En el mismo sentido Sarmiento señaló que “la fiscalía no avanzó y el juez Pastrana no permitió que avancen las causas por usurpación, haciendo una interpretación caprichosa. Saravia está imputada por dos tipos de estafa en la fiscalía de delitos económicos, vende los terrenos en algunos casos como si ella fuera titular y en otros casos con la promesa de que ella va a comprarle los terrenos a Brandan y de esa manera regularizar la situación, cosas que son mentira”.

Plaza dijo que los vecinos que llevan menos de 10 años están buscando la forma de hacer algún acuerdo con Brandan, y si logran alguno van a poder presentarse como querellantes contra Saravia. Al respecto Sarmiento señaló que están “trabajando con algunas de las familias para poder avanzar en la regularización y en el pago adecuado de los terrenos en favor del dueño de los mismos. Creemos en la buena fe de las personas que compraron los terrenos creyendo que Saravia era la propietaria, pero lamentablemente Saravia no es la dueña, el tema está judicializado”.

“No podemos creer la pasividad de la justicia cuando hay tantas pruebas que acreditan que se están cometiendo delitos. En la medida que la justicia no avance como corresponde, haciendo valer los derechos de las personas, vamos a seguir teniendo este tipo de situaciones”, señaló finalmente Sarmiento.

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