En los enredados viñedos de los Valles Calchaquíes de Salta, la tierra exhala su esencia más preciada: la vendimia. Después de un año de arduo trabajo y dedicación, la vid finalmente rinde sus frutos, regalando al mundo no solo vino, sino una celebración arraigada en la historia y la cultura local. Viví la Vendimia de Finca Las Nubes.
La vendimia es mucho más que la simple recolección de uvas; es el clímax de un ciclo anual que comienza con la poda de los viñedos en invierno y culmina con la cosecha bajo el cálido sol del verano. Es un momento de comunión, entre la naturaleza que sorprende a veces con imprevistos y el hombre que con su saber y experiencia interpreta las vicisitudes; el fruto del trabajo duro y la pasión se convierte en néctar divino.
Pero la vendimia no solo es trabajo duro; es también una celebración de la comunidad. En los pueblos de los Valles Calchaquíes, la gente se reúne para honrar la tierra y compartir la alegría de la cosecha. Es un momento de música, baile y festividades, donde se celebra la abundancia y se brinda por la buena fortuna del año venidero.
Municipios y bodegas en marzo invitaron a salteños y turistas a vivir la vendimia, ofrecer sus manos a la cosecha bajo el intenso sol, fiel testigo del trabajo de campo. Finca Las Nubes organiza el evento más convocante de la temporada, este año fueron 400 los asistentes de todos los puntos del país, y del extranjero. Cosecha, un brindis por el vino que vendrá, comida para maridar y baile para agradecer por un nuevo año fueron parte de la jornada.
El Divisadero en Cafayate se vistió de gala para recibir a los visitantes, en comunión con la mejor música, y obviamente regado con un vino calchaquí que endulza los paladares. Salta es vendimia y el vino la excusa para la fiesta.
El vino que se produce durante la vendimia es más que una simple bebida; es el alma misma de la región. Cada sorbo cuenta una historia de tradición y pasión, llevando consigo el sabor único de los Valles Calchaquíes y el trabajo duro de su gente. Es un tributo a la tierra y a aquellos que la trabajan con amor y dedicación.
Salta es especial y la Ruta del Vino de Altura en esta provincia es único en el país. Un dato: donde finaliza la zona productiva de Mendoza, comienza la de Salta con viñedos que tiñen una geografía arenosa y pedregosa entre los 1.600 y 3100 metros de altura. El resultado es un vino generoso, con matices para analizar, nunca será el mismo pero siempre invitando al disfrute, porque de eso se trata: vivir de una pasión y compartirla con el mundo.
