El volante renovó su contrato con la Roma hasta 2026 pero pidió poner un apartado especial en su nuevo contrato que le abre la puerta al Xeneize.
«AS Roma se complace en anunciar que Leandro Paredes ha renovado su contrato con el club hasta el 30 de junio de 2026», rezó el comunicado del elenco de la capital italiana. Se sabía, pero así y todo a los hinchas de Boca, que en el último mercado de pases se ilusionaron con su vuelta, les cayó como un baldazo de agua fría la noticia.
No obstante, hay un trasfondo particular detrás de esta historia que hace que el retorno del mediocampista al club de su amores no sea una utopía ni mucho menos. De hecho, aunque luzca como una contradicción, su renovación con La Loba llegó con un guiño justamente a esta chance.
En concreto, el contrato contiene un apartado en el cual se especifica que Roma estará obligado a transferirlo a Boca en caso de que el club de la Ribera acerque una oferta de 3.5 millones de euros, lógicamente con el aval del jugador.
La mencionada cláusula será exclusiva para Boca y regirá por los próximos tres mercados, con un plus que colabora con el sueño de Juan Román Riquelme: no necesariamente deberá hacerse en un único pago, sino que puede abonarse en cuatro cuotas de 875 mil euros cada una. Así, si el Xeneize acerca la oferta antes del Mundial de Clubes y el jugador está de acuerdo, Roma deberá venderlo.
«Él tiene las puertas abiertas de nuestro club, nosotros siempre vamos a tener la ilusión de contar con él. A veces cuando se habla tanto, trato de quedarme un poco al margen porque las cosas hablan por sí solas», dijo Riquelme en su última referencia al caso Paredes.