La investigación reveló que 28 organizaciones estadounidenses gastaron al menos 280 millones de dólares en todo el mundo desde 2007 para impulsar esta agenda, incluyendo desinformación sobre la pandemia.
Las principales líneas de acción de estos grupos tienen que ver con la difusión de teorías conspirativas y sin respaldo científico, como por ejemplo la idea de que el coronavirus fue fabricado en un laboratorio chino, o con la difamación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que vinculan con la promoción del aborto y, por lo tanto, exigen su desfinanciación.
Paralelamente, también propagan el mensaje de que la homosexualidad es una enfermedad y la identidad trans, un síndrome.
Además, se esconden detrás de consejos engañosos. Por ejemplo, la World Youth Alliance (WYA) promueve una aplicación de fertilidad llamada FEMM, que busca disuadir a las mujeres para que no usen métodos anticonceptivos, alegando que son peligrosos.
También figura Focus on the Family, la segunda mayor fuente de dinero hacia Latinoamérica (6.2 millones de dólares entre 2008 y 2018), que ofrece programas online, podcasts y consejería en español con el mensaje de que la homosexualidad «no es normal» y la identidad trans «es un síndrome que se debe tratar».
Otro grupo es Human Life International, que gastó 2.3 millones de dólares en la región desde 2007 y sostiene que la OMS «está usando la Covid-19 para propagar el aborto».
Además, junto a Heartbeat International, otra organización antiabortista, respalda una red de «centros de embarazos en crisis», que, según Open Democracy, está acusada de confundir y manipular a mujeres de la región.