Independiente lo ganaba 2-0 pero terminó perdiendo 3-2 frente al equipo de Parques Patricios.
Hubo un partido dentro de otro partido. Apenas pasados los 15 minutos, se fijaron las condiciones definitivas del juego. Independiente lo arrancó ganando 2-0 pero desde ese momento lo pasó a jugar con un jugador menos por la expulsión de Ortega. No le sirvió al Rojo ese handicap conseguido por los goles de Navarro en contra y Messiniti.
De hecho, el equipo de Pusineri jamás tuvo malicia para saberse inferior, al menos numéricamente, de un Huracán lúcido desde el banco de suplentes. Fue a los 31 minutos cuando Israel Damonte pateó el tablero. Mandó a la cancha al veterano Toranzo y al rápido Garro en lugar de Arregui y Bonifacio. El cambio le salió redondo. Aun lento físicamente, la velocidad mental del Pato terminó siendo la llave con la que el dueño de casa empezó a remontar el partido. Huracán cambió rápido la garra de Arregui por el pase de Toranzo. Y pegó dos plenos.
El ex Racing participó en la elaboración del gol en contra de Ayrton Costa (ayudado por Chávez). El descuento, en la última jugada del primer tiempo, terminó siendo un puñal para Independiente. Fue un golpe del que jamás se recuperó. La imagen de Domingo Blanco, pidiendo que terminara el primer tiempo antes del gol, fue el fiel reflejo de lo mal que lo pasó el Rojo.