Fue una noche histórica para el deporte italiano, nadie esperaba la victoria de Jacobs en la prueba de atletismo que todo el mundo espera. Minutos antes los “azzurri” habían ganado el oro en el salto de altura con Gianmarco Tamberi.
La consiga en estas olimpiadas es quien tomaría el trono olímpico dejado por Usain Bolt. Fueron muchas las especulaciones, los pronósticos sobre atletas de origen estadounidense, jamaiquino, británico, incluso canadiense… pero no. Fue el batacazo y sorpresa de los Juegos Olímpicos de Tokio.
En la mañana del domingo llegó la tan ansiada final de los 100 metros de atletismo con una presencia que ya era sorpresa. Lamont Marcell Jacobs, nacido en El Paso, Texas, pero formado en Europa.
Jacobs nació en Estados Unidos, sí, hijo de un padre estadounidense y de una madre italiana, pero a los 18 meses se mudó a Italia. La medalla, está claro, es bien italiana. Cuando se le pregunta por sus orígenes dice ser “100 por ciento italiano” antes de añadir: “Y no hablo bien inglés”
Fue el final de una noche histórica para el deporte italiano, porque solo minutos antes los “azzurri” habían ganado el oro en el salto de altura con Gianmarco Tamberi compartiendo el oro con el qatarí Mutaz Barshim al salta 2,37 metros. Jacobs, en su festejo tras cruzar la meta, se encontró con Tamberi para un abrazo que tiene destino de portada de todos los periódicos y webs italianos.