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La muerte de una niña wichí enciende las alarmas

El fallecimiento una niña de la comunidad wichí en Tartagal debe poner en alerta al sistema de salud y acción social de la provincia. La combinación de altas temperaturas y falta de agua potable, desencadena trastornos nutricionales que en caso de no ser atendidos a tiempo, originan cuadros irreversibles.

Falleció en la tarde del martes una bebé de 1 año y 9 meses de edad, en el paraje El Traslado, en jurisdicción de Tartagal pero en el límite con el departamento Rivadavia, o sea una zona de difícil acceso. En este tipo de lugares es donde más se sienta la ineficacia del Estado, un problema que lleva décadas y que a pesar de inversiones y declamaciones, no parece tener una solución próxima.

El deceso de la beba se produjo como consecuencia de un severo estado de desnutrición, con un cuadro infeccioso y de deshidratación.

La pequeña, según lo confirmó el Dr. Juan Ramón López, gerente del hospital Juan Domingo Perón, ‘ya había estado internada en la sala de recuperación nutricional durante el mes de junio. Esta vez cuando la trajeron su estado general se complicó por deshidratación y un cuadro infeccioso».

La complejidad poblacional, social y geográfica del norte provincial, sumada a la constante limitación de recursos, convierte este problema es una tarea titánica; consecuentemente, el Estado debe maximizar su eficiencia para no llegar tarde en la asistencia que afecta de esta manera a la población infantil.

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