En un año marcado por los ataques a las políticas de memoria, verdad y justicia, las Abuelas anunciaron «el feliz encuentro de un nuevo nieto, el 138».
«¡Encontramos un nuevo nieto!». Con esas cuatro palabras las Abuelas de Plaza de Mayo echaron un poco de luz en este sombrío fin de año, marcado por los despidos en la Secretaría de Derechos Humanos y un persistente ataque del gobierno de Javier Milei a las políticas de memoria.
Se trata del nieto 138 que recupera su identidad tras ser apropiado durante la dictadura cívico-militar.
El nieto recuperado 138, cuya restitución de identidad se anuncio este viernes, nació durante el cautiverio de su madre en la ESMA. Es hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, secuestrados el 10 de diciembre de 1976 en la ciudad de Buenos Aires. Es nieto de Rosa Pourtalé.
Al momento del secuestro, María Enriqueta estaba embarazada de nueve meses. Ambos fueron reconocidos dentro de la ESMA por los testimonios de sobrevivientes.
Marta Enriqueta había nacido en Azul, provincia de Buenos Aires y tenía 30 años. Juan Carlos era porteño y tenía 21 años. Ambos militaban en Montoneros. «La Negra» o «María» y «El Negro», «Negrolín» o «Ricardo» fueron los nombres con que eran conocidos en la organización.
En 1972 Marta tuvo a su primer hijo, Diego Antonio, junto a un compañero anterior, y que es medio hermano del hombre de 48 años que acaba de recuperar su identidad. Marta conoció a Juan Carlos poco después y él le dio su apellido a Diego. Ella cursó el profesorado de Historia en el Colegio Normal de Azul y trabajó como empleada administrativa.