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Los gremios repudiaron el clasismo de Soledad Acuña: «Es parte del ADN del PRO»

La funcionaria del Gobierno de la Ciudad sacó a relucir nuevamente sus prejuicios. Para los docentes, sus dichos sobre los chicos que dejaron la escuela durante la pandemia fueron «sumamente discriminativos». Denunciaron además que desde su Ministerio no se desarrollaron tareas de revinculación. «Solamente hablan en clave de marketing político-electoral», se quejaron.

Los gremios docentes repudiaron las expresiones de la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, quien consideró durante una entrevista radial que ya «es tarde» para buscar a los chicos que dejaron la escuela durante la pandemia porque, a su entender, «seguramente estarán perdidos en los pasillos de una villa o ya cayeron en actividades del narcotráfico».

Críticas a Soledad Acuña por sus «declaraciones clasistas»
Una de las primeras en salir a cuestionar a la ministra fue la secretaria general del gremio docente UTE-Ctera, Angélica Graciano, quien opinó que la afirmación de la funcionaria sobre los jóvenes que dejaron la escuela fue «sumamente discriminativa y clasista». Acuña «muestra realmente una discriminación de clase muy complicada», insistió la sindicalista.

«Como responsable del Ministerio de Educación tendría que preguntarse qué estuvieron haciendo todo este tiempo porque, según lo que han dicho, ellos no han perdido un solo día de clases», apuntó Graciano, y reflexionó: «es inexplicable que salga a hablar como si no tuviera nada que ver en la conducción del ministerio, como si estuviera por afuera».

La cartera de Educación porteña, recordó en ese sentido, «no ha tenido políticas proactivas para que los jóvenes estén en las escuelas, no han distribuido las computadoras en cuanto a conectividad» y «tampoco desarrollaron programas complementarios para el apoyo de la escolaridad».

Amanda Martín, secretaria gremial de Ademys, coincidió en que «el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no tuvo respuesta a través de un programa de distribución masiva de computadoras y conectividad, ni becas», algo que «está directamente relacionado» al devenir de las «las trayectorias educativas» de las y los estudiantes porteños.

Respecto a la expresión de Acuña sobre los adolescentes que no regresron a las aulas, remarcó que fue una frase «discriminatoria y violenta contra la juventud que concurre fundamentalmente a las escuelas públicas o pobres, como ella lo tildó, demostrando su orientación como defensora de un régimen que solo hace crecer la pobreza y la deserción escolar».

Falta de conectividad en la Ciudad de Buenos Aires
«En un país con más del 60% de pibes pobres, las declaraciones de la ministra son un ataque violento para aquellos estudiantes que se organizaron bajo duras condiciones de barrios y villas de la ciudad de Buenos Aires» y «que le reclamaron una y otra vez computadoras y conectividad para poder acceder al derecho elemental de estudiar, y no tuvieron respuesta», agregó.

Ademys también denunció que el registro de deserción escolar que presentó Acuña en la entrevista radial no coincide con «el propio registro de las escuelas y no toma en cuenta a los que hace rato no están o nunca ingresaron» en el sistema educativo. «Desmentimos que sean solamente 6500 estudiantes que no pudieron culminar sus estudios, tampoco 100», sostuvo Martín.

Roberto Baradel, secretario general de Suteba, también manifestó que las declaraciones de la ministra «se enmarcan en una concepción clasista y discriminatoria que es parte del ADN del PRO». Con este tipo de expresiones, «se muestran tal cual son: desprecian a la educación pública y a los sectores populares», indicó.

«No es tarde para ir a buscar a los chicos», planteó el referente de Suteba, pero «(a los funcionarios macristas) no les interesa. Se llenan la boca hablando de educación solamente en clave de marketing político-electoral, pero hacen todo lo contrario cuando son parte de la gestión».

La ministra, remarcó el gremialista en ese sentido, «teniendo el presupuesto más importante del país, no invierte en docentes ni en trabajadores sociales para ir a buscar a esos chicos y revincularlos nuevamente a las escuelas».

«En la provincia de Buenos Aires, en cambio, hace más de un año se viene trabajando con programas especiales, nombrando a más de 30.000 docentes adicionales y casi 5.000 integrantes de equipos de orientación escolar destinados a revincular a las y los chicos que se desvincularon y para acompañar las trayectorias educativas de aquellos que lo necesiten», subrayó Baradel.

Los repudios a Acuña también llegaron de parte de la CTA. Para Hugo Yasky, secretario general de la central de trabajadores, los dichos de la ministra constituyen «la expresión brutal de quienes condenan a los sectores populares a un destino de fracaso».

«Es un pensamiento que construye desigualdad y violencia, que castiga a los pibes jóvenes, a las mujeres jóvenes de los sectores populares», señaló Yasky, en declaraciones para FM La Patriada y el Destape Radio. Acuña «dijo lo que realmente piensa» porque «si fuera por ellos (los funcionarios del Gobierno porteño), la pobreza sería exclusión», opinó.

Y añadió, sobre la supuesta imposibilidad de ir a buscar a los chicos que dejaron la escuela: «Acuña se puede quedar tranquila» porque «mal que le pese, existe escuela pública, y políticas» con las cuales se pueden «recuperar a los jóvenes que abandonaron el sistema escolar» como consecuencia de la emergencia sanitaria.

«Vamos a recuperar a esos chicos que tuvieron que dejar por la pandemia con el impuesto a las fortunas personales», planteó el líder gremial. «Vamos a construir una Argentina, recuperando cada pibe y cada piba, para la escuela y para el trabajo (…) Hay que romper esa biografía que los sectores dominantes intentan imponer, de la base que el que nace pobre, va a morir más pobre», concluyó.

Fuente: Página/12

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