Desde las escalinatas del Congreso de la Nación, el flamante mandatario afirmó que su gobierno dará por «terminada una larga y triste historia de decadencia».
Javier Milei asumió este domingo la Presidencia con un duro discurso en el que anunció que «comienza una nueva era en la Argentina» que dará por terminada «una larga y triste historia de decadencia y declive», a la vez que subrayó que «no hay alternativa posible» a la de aplicar medidas de «ajuste» y «shock» que impactarán «de modo negativo sobre el nivel de actividad económica, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes».
«Sabemos que de corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenible en el tiempo», dijo Milei en un mensaje pronunciado al aire libre desde las escalinatas del Congreso, de cara a miles de personas que agitaron banderas argentinas.
Durante unos 35 minutos, que en su mayoría fueron dedicados a un análisis de la situación económica del país, Milei brindó su discurso tras la jura y la recepción de los atributos de mando en la Asamblea Legislativa que se desarrolló en el recinto de la Cámara de Diputados.
En su mensaje, detalló que «ningún gobierno ha recibido una herencia» económica «peor» de la que le tocará al suyo y destacó que la saliente gestión de Alberto Fernández dejó «plantada una inflación» potencial «de 52% mensual» y «15.000% anual».
«Nos han dejado plantada una hiperinflación. Vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla. Vamos a hacer los máximos esfuerzos posibles para impedir esta catástrofe» que dejaría al «90% de la población en pobreza» y al «50%» de ella, en la indigencia, explicó.
Y agregó: «Hoy comienza una nueva era en la Argentina. El desafío que tenemos por delante es titánico».
El discurso del nuevo presidente fue transmitido por cadena nacional y pronunciado desde las escalinatas del Congreso nacional, donde estuvo acompañado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, sus funcionarios designados e integrantes de las delegaciones extranjeras, entre ellos el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski; los mandatarios sudamericanos Luis Lacalle Pou (Uruguay), Santiago Peña (Paraguay) y Gabriel Boric (Chile); y el Rey de España, Felipe VI.
Antes de ello, Milei recibió los atributos de presidente en el recinto parlamentario y ante la Asamblea Legislativa constituida para ese motivo. Lo hizo de manos de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
En su discurso, pronunciado de cara a sus seguidores, que se ubicaron sobre la Plaza del Congreso, el flamante mandatario sostuvo que los argentinos deberán afrontar un período de estanflación, la combinación entre altos niveles de inflación y caída de la actividad económica. «Tengo que decírselos de nuevo: no hay plata», sentenció.
El ajuste que pondrá en marcha, según advirtió, «impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes», aunque prometió que, «a diferencia del pasado, caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado».
«En estos días mucho se ha hablado de la herencia que vamos a recibir. Dejen que sea muy claro en esto: ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. El kirchnerismo, que en sus inicios se jactaba de tener superávit gemelos -esto es superávit fiscal y externo- hoy nos deja déficit gemelos por 17% del PBI (Producto Bruto Interno)», resaltó.
Milei reiteró que el escenario económico de «estanflación» que vivirá la Argentina «no es algo muy distinto a lo que pasó en los últimos 12 años, cuando el PBI per cápita cayó 15% en un contexto donde acumulamos 5.000% de inflación».