The Paper

Reseña de “The Paper”

Los conflictos de intereses empresariales, periodísticos y políticos darán pie a la presentación de una historia que involucra las miradas de múltiples sectores sociales. Una serie croata de excelencia destinada a espectadores críticos y atentos.

Esta semana traigo para compartirles mis humildes impresiones sobre una serie estrenada en octubre de 2016 cuyo título es “The paper” (el papel). Este producto de la televisión croata, cuenta con 33 episodios divididos en tres temporadas, pero la plataforma solo tiene disponible las dos primeras (o sea, cuenta con 23 capítulos).

Enmarcada dentro de lo que sería una serie de política, The paper invita, indefectiblemente, al telespectador a pensar y repensar lo que representan las instituciones en cuanto a su organización, distribución de poder e intereses que rodean a las mismas. Cuando nos referimos a instituciones, el gran entramado de la historia que se cuenta, en los episodios, tiene que ver con el desarrollo de las funciones públicas y, por sobre todo, sus funcionarios. Asistiremos a una historia desencadenada a partir de dos hechos fundamentales: un accidente que involucra a una mujer de gran poder económico e influencia política y la venta del último periódico “serio”, las consecuencias editoriales por la fuerte influencia del nuevo dueño como así también el destino de periodistas de renombre.

Como primera gran cuestión, podemos decir que la serie exige un televidente bastante concentrado y predispuesto a la constante reconstrucción. Es una historia que comienza con un simple accidente que se intenta encubrir desde varias direcciones: agentes de policía al servicio no de la institución a la que pertenecen sino a intereses personales o de particulares y un periódico adquirido que intenta hacer desaparecer una información muy candente o darle un tratamiento menor. Lo interesante de esta doble dirección es que el hecho delictivo pondrá en jaque los roles de múltiples sectores.

La primera mirada estará puesta en la tarea periodística. Allí observaremos una intensa encrucijada: el reciente dueño, un empresario exitoso y bastante turbio, llamado Mario Kardum, establecerá nuevos lineamientos en el tratamiento de la información como así también los destinos laborales de muchos periodistas. Esto generará una puja o especie de lucha entre ellos que recorrerá grandes segmentos reflexivos sobre el rol de los medios y sus representantes y la tarea de investigación.

Otro sector que va a ir adquiriendo una faceta relevante, en esta trama, es la Iglesia. Esta institución es una especie de fuente generadora de influencias. Allí acudirá un editor, muy cercano al Arzobispo, a pedirle que éste interceda ante un posible despido. Más allá de esto, la historia que se cuenta involucrará a esta Institución y, por sobre todo, a sus funcionarios, en actividades bastantes mundanas y para nada concordantes con el mundo eclesiástico: curas sumergidos en actos homosexuales con personajes del mundo de la política y empresariales, compra indebida de terrenos, manejo turbio de recursos económicos, cobro de favores, etc.

Otro estamento que pondrá en jaque la trama tiene que ver con la Institución policial. La relación de los periodistas de investigación con ella dará pie al muestreo de múltiples factores: periodistas que mantienen contacto estrecho con funcionarios policiales, sectores de la institución corruptos que funcionan al servicio de empresarios y políticos, agentes de inteligencia que manipulan información clasificada y pueden extorsionar, con la misma, como así también hacen de nexo con la institución policial y hasta son capaces de actuar como fuerza armada en el caso que lo requieran. Hay en esta historia, el repaso anteriormente nombrado, aunque también asistiremos a la puja de poder que se establecerá al interior de esa fuerza con el nombramiento de nuevos funcionarios y la necesidad de “limpiar” que existe en ese organismo.

Otro gran tema que desarrollará, de forma magistral, la serie será la cuestión política y sus representantes. Hay un gran entramado en “The paper” que lleva al espectador a pasearse por todos los sectores antes nombrados, lo que implica que hablar de política es también de otros estamentos (periodístico, eclesiástico, policial) Más allá de esto, la serie nos va a hacer un muestreo bien crudo de cómo es el ascenso político de algunos funcionarios. Sus negociados personales, sus extorsiones, los favores que se cobran, sus “basuritas” escondidas bajo la alfombra, sus vicios, en fin, una vidriera bien jugosa que invitará al espectador a alimentar una imagen para nada ideal del mundo político.

Con respecto a lo último mencionado, la trama dará una vuelta bien condimentada, en la segunda temporada, en un tema que involucrará a las elecciones presidenciales en Croacia. Allí se pondrán en juego ideas sobre dos visiones de mundo encontradas (la izquierda y la derecha), aunque los representantes de esas banderas no serán para nada ideales o concordantes con las mismas. Ludvig Tomasevic es la máxima figura de la extrema derecha croata y hará todo lo que esté a su alcance para ser el primer mandatario. Es un personaje bien fuerte y odiable. Un tipo sin escrúpulos y con más manchas que la de un jaguareté. Su oponente, es una mujer con la mayor imagen positiva y gran candidata a quedarse con el ansiado puesto (sería su reelección). La cuestión es que ella tampoco es alguien tan transparente. Adicta empedernida al alcohol y con un expediente de maltrato familiar fuerte, escondido muy oportunamente, como espectadores asistiremos a la destrucción de su imagen política como así también a los “manotazos de ahogado” que ella dará para no perder el poder.

Esta serie tampoco ahorra espacio para los grandes temas mundanos. El amor como el desamor, las relaciones conflictivas, los engaños, la mentira, el sexo, las adicciones, la familia y sus conflictos internos, son temas que están involucrados, magistralmente, en esta historia.

Hay en “The paper” un gran espacio, también, al muestreo de talento de su director. Es una serie de alta calidad no sólo por cómo está filmada sino también por los “toques” casi metafóricos, podríamos decir, que se observan (deben verla para entender a qué me podría referir).

Por otra parte, la proyección de los capítulos no pierde la oportunidad de mostrarnos los lugares más representativos de una ciudad croata, la influencia del mar, sus espacios, un atardecer o una simple panorámica de su entorno. El mundo balcánico proyectado, aunque sea de pasada, en esas imágenes realmente resulta gratificante. Hay buenos chispazos, también, a esa historia compleja que rodea a los Balcanes y su conflicto armado, mundialmente conocido, que involucrará a la ex Yugoslavia y los actuales países que se han constituido luego de su desmembramiento.

“The paper” es, sin dudas, un producto de excelencia que pondrá al telespectador en jaque. Él deberá ir relacionando todo y, acá hay un detalle interesante pero complejo, tendrá que acordarse de múltiples nombres llenos de consonantes.

Si quieren ver algo realmente bien logrado, de alto contenido crítico, no se pierdan la oportunidad de ver sus excelentes episodios. Espero sus comentarios estimados, hasta la próxima.

Por Javier Dávalos para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 17 a 19 horas por FM La Plaza 94.9

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