¿Cómo están estimados amigos?
Esta semana traigo para compartirles mis impresiones sobre una película estrenada en 2018 disponible en Netflix: “El fotógrafo de Mauthausen” dirigida por Mar Targarona y protagonizada por el ascendente y popular actor español Mario Casas.
“El fotógrafo de Mauthausen” es una película situada dentro de la filmografía dedicada a proyectar tramas sobre la Segunda guerra mundial y, más específicamente, los nefastos acontecimientos llevados a cabo durante la invasión de las tropas del tercer Reich.
La historia se desarrolla en Mauthausen, un campo de concentración nazi situado a pocos kilómetros de la ciudad austriaca de Linz. Allí, un español, Francisco Boix, será el encargado de presentar las actividades cotidianas de un lugar que albergaba prisioneros de diferentes procedencias geográficas como así también distintos cargos o delitos: rusos, holandeses, violadores, ladrones, judíos y los sin patria, estos últimos, en su mayoría, españoles que habían huido del régimen franquista a Francia y que durante la ocupación de las tropas hitlerianas fueron apresados (este sería el caso del protagonista, por ejemplo)
“El fotógrafo de Mauthausen” es una proyección que tiende a contar la historia desde la mirada española y ampliar el registro sobre otros campos de concentración aparte de Auschwitz.
Dentro de la rutina diaria de ese oscuro lugar de detención existía una que tenía que ver con el registro de los prisioneros que ingresaban. Los conocimientos previos sobre fotografía que tenía el protagonista le permiten ocupar un empleo al lado de Paul Ricken, soldado de la SS, quien era el encargado de documentar, en los negativos fotográficos, no sólo rostros sino también cuerpos de prisioneros abatidos en supuestas fugas o retratar con su máquina actividades cotidianas del lugar.
Con la labor fotográfica de Paul Ricken, el film se enfoca no sólo en los hechos presentados, lo que hace a su trama, sino también en todo lo que implica el oficio: la objetividad, la realidad, el arte fotográfico, la propaganda política, los retratos familiares, la cuestión documental. Todos ellos serán grandes temas que irán saltando a medida que las acciones se vayan presentando. Ricken con su tarea documental pondrá en evidencia todo lo que una cámara fotográfica puede hacer, en palabras de este nefasto personaje, “la realidad es solo un punto de vista”. Acompaña toda esta tarea administrativa del oficial nazi, el armado fotográfico propagandístico que implicaba confeccionar escenas, sacar y poner personas, recrear ambientes, en síntesis, la fotografía puede generar imágenes con fines específicos. En este sentido, un claro ejemplo es la puesta en escena, bajo la lente fotográfica, de reos previamente fusilados, que deben quedar retratados en la Leica, esa famosa cámara inventada a principios del siglo XX, como fugitivos abatidos.
Francisco Boix convivirá con el hecho innato de sobrevivir a un campo de concentración, las solicitudes de su jefe y la resistencia. Ésta se irá gestando en compañía de otros reclusos y consistirá, básicamente, en conservar toda la evidencia fotográfica que había sido ordenada destruir en esos días donde la derrota, en suelo ruso, hacía tambalear el triunfo nazi y todo registro sería la evidencia no sólo de la barbarie sino una condena segura.
Es imprescindible mencionar que los protagonistas de esta historia son verídicos y el film de alguna manera intenta darles entidad. Francisco Boix fue el encargado de conservar más de 20000 fotografías y declaró en los famosos juicios de Núremberg contra el régimen nazi.
El fotógrafo de Mauthausen es una buena película sobre el oscuro periodo nazi y una gran proyección para darle vueltas a la cuestión del retrato sobre la realidad, el fin artístico y la evidencia histórica que puede implicar sacar una fotografía.
Si estás dispuesto a explorar todo el horizonte que te comentamos más arriba, la invitación está realizada.
¡Hasta la próxima estimados y estimadas!
Por Javier Dávalos para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7