Enzo Maqueira nació en Buenos Aires en 1977. Es autor del libro de crónicas y relatos, de las novelas “Ruda macho” (2010), “El impostor” (2011), “Electrónica” (2014) y “Hágase usted mismo” (2018). Además, colabora regularmente con el diario Clarín y las revistas Anfibia, Vice y Viva.
En 2013, la Casa de las Américas de La Habana, Cuba, lo invitó a participar del III Casa Tomada. Encuentro de Jóvenes Artistas y Escritores de América Latina y El Caribe. En 2015 fue invitado por el Ministerio de Cultura del Perú para participar del encuentro Lima Imaginada, que reunió a jóvenes escritores destacados de Latinoamérica. Fue parte del programa Latinoamérica Viva de la FIL Guadalajara en 2019. Alcanzó el reconocimiento con Electrónica, considerada «la novela de una generación» al retratar a los jóvenes de clase media de principios de siglo XXI, fuertemente ligada a la cultura de las raves. Su novela más reciente es Hágase usted mismo, publicada por Tusquets editores, finalista del premio Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón a la mejor primera novela negra en español. Traducida al portugués.
Actualmente conduce el programa «Narraciones Extraordinarias» por Radio Provincia, de la provincia de Buenos Aires.
“Quiere filmar la necesidad de seguir adelante, de avanzar a pesar de todo. Construir una obra a partir de las marcas del paso del tiempo. Las más difíciles de percibir y también las abruptas, esas que son imposibles de pasar por alto” (38)
“Hágase usted mismo” explora algunos de los imperativos e idealizaciones socioculturales a partir de los cuales construimos nuestra subjetividad o, por lo menos, las masculinidades. La novela tiene como centro casi obsesivo la vida de un hombre que decide escaparse de su realidad en la ciudad marcada por una relación violenta con una mujer, Martina, y de lo que llama “el accidente”. La primera idealización es doble, se encuentra fusionada en la biografía del personaje. Por un lado, hay una oposición entre la vida en la ciudad y lo rural:
“Se crio en un quinto piso sobre avenida. Las macetas del balcón eran todo su contacto con la naturaleza. ¿Qué veía en lugar del patio, el manzano, los postigos de la habitación que acababa de abrir de par en par? El techo de los autos y colectivos, humo, la sirena de las ambulancias, caños de escape; cuando una moto terminó incrustada contra la pizzería de enfrente. En cambio en San Benito nunca estuvo enjaulado.” (49)
Por otro lado, hay una alternancia entre el territorio de la infancia y el de la adultez: la fuga es hacía la Patagonia, San Benito, y hacia la casa de sus abuelos donde pasaba su infancia:
“La casa de los abuelos, el único lugar en el que fue feliz. Un viaje que esta vez será solo de ida. Un cambio drástico. El regreso al origen.” (7/8)
De esta forma comienza la novela y, sobre todo, las primeras páginas irán alternando el presente con el pasado. El personaje proyectará sobre su presente el pasado y establecerá una secuencia de lo mismo y lo diferente, lo que se mantiene y lo que ha cambiado. A diferencia de su niñez llega a su destino sin nadie que lo acompañe y sin nadie que lo espere.
Otra idealización a partir de la cual el protagonista intenta construir su subjetividad, afianzarse y proyectarse en su vida es lo que podría llamarse el discurso motivacional o imperativo. Podemos distinguir tres discursos relacionados a esta idea de que uno es o puede ser lo que quiera y que todo depende de uno, casi la idea del hombre que se hace a sí mismo: self-made man.
El primero de estos discursos, nos reenvía al título, a las palabras que esa figura masculina, casi paterna que representa su abuelo le dice cuando siendo un niño intenta aprender a usar la gomera:
“El abuelo se puso nervioso: ¡Vista al frente!, acomodándole el cuerpo, agarrándolo de los hombros. Hasta que, con las venas del cuello hinchadas y la mirada furiosa, gritó: ¡Hágase usted mismo! Fue la única vez que vio al abuelo enojarse.” (82)
El segundo es la canción de Queen “Innuendo” que irá puntuando el texto a lo largo de la novela y que el protagonista se repetirá como una especie de “mantra”: “You can be anything you want to be/ just turn yourself into anything you think that you could ever be” [Puedes ser lo que quieras; convierte en cualquier cosas que creas que podrías ser].
El tercero hace referencia al trabajo del protagonista: dar charlas motivacionales para las empresas y sus empleados: “Tiene que aprovechar. Direccionar su libido. Es algo que siempre recomienda: “aprender a focalizar las energías”. Aplicar toda la fuerza sobre un mismo punto. El método del martillo.” (69)
A pesar de estos discursos y del uso de drogas como el clonazepam, el protagonista se encuentra en un estado de casi inacción y una de las formas de proyectarse sobre lo real es a través de la imaginación. En este sentido, la decisión de escribir el guion de una película tiene algo de una autorrealización posible a partir de la ficción: las notas, los trazos de argumentos posibles, el reconocimiento y las críticas positivas que recibirá establecen espacios imaginarios de realización del deseo. Aspecto que se conecta con otras ficciones y autores como es el caso de Arlt y Onetti.
En este efecto de “desrealización” son fundamentales, la elección de un punto de vista narrativo totalmente focalizado en el protagonista, la indagación interna y la hipocondría del protagonista que borran el afuera, así como los pocos personajes que aparecen apenas delineados. El conflicto con su vecino, especie de imitador de Freddie Mercury desencadena y tensa abruptamente la acción sobre el final de la novela cuando el personaje perderá dos de las cosas que había venido a buscar: el espacio del recuerdo, simbolizado en la rama del manzano y el espacio natural cuya visión le quita el gran muro construido por su vecino. Conflicto que si bien parece permitirle al personaje una forma de realizarse a través de la acción sobre lo real, de fortalecer su subjetividad, no deja de ser una fuga imaginaria en la cual el protagonista se convierte en personaje de una película, casi un fantasma que desparece en el desierto.
“Hágase usted mismo” es una novela que explora no solo o no tanto el fracaso del protagonista, sino el de todos estos discursos e imperativos, de todas estas formas de fuga, de recetas para la realización personal que caracterizan a la sociedad contemporánea.
Hágase usted mismo, Enzo Maqueira
Editorial Tusquets
2018: 120 páginas