Con una plaza vacía, pero con miles de salteños acompañando desde sus hogares, se cumplió la ceremonia de renovación del Pacto de Fidelidad entre el pueblo de Salta y sus santos patronos, el Señor y la Virgen del Milagro.
El 15 de septiembre de 2020 será recordado como el Milagro Virtual, el Milagro de la pandemia que obligó a renovar el pacto con los patronos a la distancia. Los miles de fieles que año a año colman la ciudad de Salta, deberán esperar hasta 2021, ahora sólo pudieron conformarse con mirar las imágenes estáticas en la Catedral, y a través de una pantalla.
El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello encabezó la ceremonia reservada para un pequeño grupo eclesiástico, abriendo las puertas del templo, pero frente a una plaza en silencio. Al inicio de su homilía, indicó que no pudieron cumplir con nada de lo que tenían previsto como homenaje.
“Reconocemos tu llamado a celebrar el Pacto de Fidelidad. Pero, Señor, perdónanos, no hemos podido sacar tu imagen. Perdónanos Señor”, señaló Cargenllo en su mensaje, que estuvo colmado de momentos en que las palabras se cruzaron con la emoción.
Recordó que la situación actual en Salta revivió el 27 de marzo cuando el Papa Francisco también debió rezar en la soledad de la plaza San Pedro en el Vaticano. “Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados”.
“Experimentamos la verdad de lo afirmado por el Papa”, señaló en sus palabras: “La violencia de la pandemia se hace sentir entre nosotros, la enfermedad se expande, el sistema de salud amenaza colapsar, nuestros trabajadores de salud y seguridad se ven desbordados, algunos agotados”.
Indicó que “la experiencia de los límites inherentes a nuestra condición humana, están a la vista, los recursos humanos son muy buenos, pero son insuficientes porque solo son humanos, la ciencia no es omnipotente, la tecnología también tiene sus límites, las organizaciones son limitadas por eso surge desde lo hondo del corazón el pedido de ayuda: Sálvanos señor, solo somos hombres”.
«La enfermedad ha superado proyectos partidarios e ideológicos ha puesto en evidencia sus límites, y la mezquindad de segundas intenciones. Qué triste es contemplar el aprovechamiento de la situación para justificar decisiones dudosas en desmedro del bien común. La enfermedad desnuda al ser humano», finalizó.