Antes del inicio de esta nueva etapa de aislamiento obligatorio, Estilo El Influencer recorrió el sendero que conduce hasta la cascada Lesser, un salto de agua de más de 20 metros de altura. Relato de un trekking de 12 kilómetros en territorio del municipio de Vaqueros.
Primero la paz, después el esfuerzo y finalmente la energía. Y todo en un marco natural exuberante y maravilloso. Eso se experimenta en este trekking hasta la cascada Lesser. Porque este tipo de salidas es, antes que nada, un viaje interior. Una excursión que te aleja de todo, te transporta a otra dimensión, pone tu mente en blanco y la llena de colores, sonidos, texturas y aromas naturales, una combinación que carga todas tus baterías.
Arrancar a caminar al amanecer es fantástico para disfrutar de las primeras luces, que pintan el ambiente de un color mágico.
La senda nace antes de cruzar el puente sobre el río Lesser y va hacia el Oeste (ver Datos Útiles al final de esta nota). Tras unos pocos metros, las muestras de civilización pasan al olvido y se avanza entre altos ceibos, una acequia salpicada por centenares de calas en flor y vacas, chivos y caballos que se mueven sin que nadie los moleste.
A los tres kilómetros se cruza por primera vez el río, para lo cual en esta época del año no hace falta ni mojarse los pies, porque siempre hay alguna piedra salvadora. El equipo de Estilo El Influencer fue con Trini y Martín, dos jóvenes estudiantes de medicina que se tomaron un descanso de su ardua cursada a distancia.
Las aguas cristalinas del río Lesser acompañan todo el circuito.
Lo mejor del día
La segunda mitad del recorrido regala paisajes soñados, llenos de vida, que se manifiesta en la exuberancia de la nuboselva, con su notable diversidad de árboles, flores silvestres y aves, como urracas, tucanes, pavas de monte y loros; con un poco de suerte se puede llegar a ver alguna corzuela.
La senda gana altura poco a poco y se interna en las yungas, mientras el río se va encajonando, con constantes pequeños saltos de agua y pozones de más de un metro de profundidad, ideales para un baño muy refrescante. El agua, purísima y absolutamente cristalina, se puede tomar con tranquilidad después de chequear que no haya heces o algún animal muerto en las cercanías.
La cascada y el río Lesser en una toma desde un drone
En algunos tramos, la senda transita por el lecho del río y en otros trepa varios metros por su margen Norte, lo que obliga a estar muy atentos. Igualmente, el curso de agua es siempre una referencia que hace imposible perderse. En esta parte, los ceibos pierden protagonismo y le ceden su lugar a árboles propios de la selva montana, entre los que llaman la atención los arrayanes, fácilmente reconocibles por su corteza anaranjada, parientes cercanos de los que crecen en los bosques patagónicos.
Ya muy cerca del objetivo, la senda sube por la ladera de la quebrada y el río queda bien abajo. Finalmente, se cruza una vez más el río y, a la izquierda, aparece la cascada, que está sobre un arroyo que cae al curso principal de la zona.
Es un espectáculo natural fantástico, digno de ser contemplado durante largos ratos. Está formada por tres saltos consecutivos, que en total suman más de 20 metros de altura. Allí descansamos, comimos frutas frescas y frutos secos, nos hidratamos y disfrutamos sin apuro del lugar, un tesoro oculto resguardado por la distancia a la ruta. Para que se mantenga puro y natural, hay un mandato único, que hay que repetir como un mantra en cada salida de este tipo: No dejes más que tus huellas, no te lleves más que tus fotos.
Postales de una excursión excepcional muy cerca de Salta.
Fuente: secretosdesalta.com.ar