Como era de esperarse, la primera negociación formal entre el padre y representante de Lionel Messi con los directivos del Barcelona, fue con posturas rígidas y sin avances en la negociación para lograr la desvinculación del mejor jugador del mundo del elenco catalán.
Jorge Messi llegó esta mañana a Barcelona para reunirse con Josep Bartomeu, presidente del Barcelona.
La familia Messi insistió con que a través del burofax enviado hace una semana el futbolista es jugador libre a partir de la cláusula automática gratuita que figuraba en el contrato. El Barsa, por su parte, reafirmó que para la institución la cláusula venció el 10 de junio y que no lo piensa vender. Además, plantearon que lo esperan en los entrenamientos.
Mañana se daría un nuevo encuentro, en pos de acercar posiciones, aunque el primer encuentro no dio indicios de ser posible.
Para darle forma al cónclave, las partes protagonizaron un verdadero operativo de despiste cinematográfico, con cambio de automóviles y señuelos, aprovechando que la base de la guardia periodística se hallaba en el domicilio del jugador y en las oficinas de los Messi.
Los mandatarios culé parecen estar firmes en su postura de hacer valer la cláusula de 700 millones, un monto que le es imposible de asumir a cualquier entidad y, más para un jugador que supera los 30 años. Además, estudian la posibilidad de ofrecerle un nuevo vínculo hasta 2022 (el actual finaliza a mediados de 2021).
Los Messi buscan acercar posiciones dado que, más allá de que el delantero sentó su posición a través del burofax, su deseo es evitar irse en malos términos. Tal vez, un atajo sea que los culé le pongan un monto al pase (como el valor de mercado, cercano a los 100 millones de euros, símil a lo sucedido con Cristiano Ronaldo en el Real Madrid), pero en el primer acercamiento entre las partes no sucedió.